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«Queremos una ciudad que invite a vivir, que no sea expulsiva»

Telam SE

Las ciudades del futuro, el lugar y los desafíos de la educación, el valor de construir ciudadanía, la importancia de un presupuesto que responda a las demandas sociales y el sentido de las políticas públicas son algunos de las temáticas que atraviesan a “Ciudades que se piensan, ciudades que se hacen”, libro publicado por Javier Forlenza, quien actualmente se desempeña como director nacional de Usuarios y Delegaciones del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).

A partir de la experiencia acumulada tanto en su paso como concejal de Tigre como en la militancia territorial, el funcionario, dirigente y licenciado en Gestión Educativa sostiene que la publicación es una herramienta para “abrir el debate sobre el diseño y la planificación de las ciudades mirando las demandas de los ciudadanos de este siglo XXI”, según señala la carta de presentación a las lectoras y los lectores.

-¿Por qué surgió la idea de escribir un libro?

-Me motiva poner en valor lo que implica diseñar, planificar y reinventar una ciudad. El libro hace eje central y tiene su anclaje en Tigre, pero puede extenderse al resto de las ciudades porque hace un abordaje de políticas públicas aplicables a distintas ciudades. En ese sentido, lo hago porque tenía un docente en la facultad que me decía: “Lo que no está escrito, no existe”. Es una manera de comprometerse con el ciudadano. Es lo que pienso, sueño y planifico para pensar una ciudad, en este caso, como Tigre. Es comprometerse con el ciudadano desde otro lugar, que no es  solamente hablar sino que también lo escribimos.

-¿Qué busca generar?

-El propósito transversal es alentar la participación ciudadana. Lo que más me motivó es dejarlo escrito y a la vez contar con una herramienta para abrir el diálogo, la participación e invitar al debate porque la ciudadanía tiene que ser protagonista de las políticas públicas del siglo XXI.

Junto a Yamila Castagnola  abogada especialista en Derecho Ambiental), Sebastián Cruz Álvarez (docente de la Universidad Blas Pascal), el contador Luis Fonseca y Carolina Planes (trabajadora social y psicóloga) como equipo de trabajo, Forlenza desarrolló nueve capítulos desplegados en 133 páginas con textos, números, gráficos y diversas propuestas.

Telam SE

-¿Qué es una ciudad del futuro?

-En primera instancia, hay que entender que existen nuevas demandas y que la política las debe tener en consideración al momento del diseño de una ciudad y también del diseño de una política pública. Este libro hace un abordaje en distintos ejes, con un comienzo en Tigre y su historia, cómo nació y creció, su componente poblacional y cómo creemos que va a crecer.

-¿Qué valor le da al intercambio entre ciudadanos y políticos?

-Tiene que ver en cómo se reinventa la ciudad. Lo que destacamos es que no puede haber desacople entre lo que la política está planteando y las necesidades de la ciudadanía. Sino es una falsa representación. Tenemos la obligación de representar a la ciudadanía y un proyecto de ciudad se hace con la gente adentro, participando, opinando y poniendo su creatividad en una mesa de intercambio de ideas. No queremos una política para políticos, sino una política para la gente y para que la pueda representar en su conjunto.

“La marca de una ciudad es una oportunidad para reinventarla desde un prisma que la convierta en una visión de futuro cuyo objetivo compartan ciudadano y políticos”, dice una frase de Toni Puig, pensador catalán y autor del reconocido libro “Marca ciudad” en Barcelona, en el comienzo del libro. Para Forlenza, es una síntesis precisa de la búsqueda de “Ciudades que se piensan, ciudades que se hacen”.

-¿Qué desafíos y problemáticas existen para pensar hoy en las ciudades?

-Hay un capítulo, lo escribe Carolina Planes, que es una ciudad pensada para la diversidad. Es una de las principales demandas que hemos tenido en las actividades territoriales. Muchas veces los vecinos nos plantean las dificultades del acceso. Cuando se diseña una ciudad, tiene que poder pensarla desde una infraestructura que pueda beneficiar el acceso del uso del espacio público para toda la comunidad en su conjunto. Es decir, niños, adolescentes, mujeres, adultos mayores, para personas no videntes o con movilidad reducida. Queremos realmente una ciudad que esté diseñada para que todos los ciudadanos la puedan vivir y disfrutar. Que invite a vivir y a ser parte de un proyecto. Como se dice en el capítulo, creemos que Tigre tiene que ser una ciudad inclusiva, no expulsiva, tanto para quienes eligen vivir como para los nuevos vecinos.

-¿Por qué está especialmente enfocada en Tigre?

-Es el lugar donde tengo puesto mi corazòn, mis afectos y donde me construí como dirigente. Tuve la posibilidad de estar cuatro años como legislador. Sentimos que podemos aportar a Tigre una mirada de ciudad puesta en el crecimiento y el desarrollo de políticas públicas del siglo XXI. Sobre todo porque es una de las ciudades más importantes en el mapa de la Argentina en crecimiento y desarrollo. Es un caso testigo importante para contar y poner como ejemplo. Cuando Sergio Massa fue intendente, creó a Tigre como marca ciudad. Eso da un piso muy alto para pensarla como un modelo local y regional. Ese anclaje permite pensar otro nivel de políticas públicas que realmente se vean atravesadas por el siglo en el que vivimos. Tigre tiene una diversidad muy importante en materia de construcción de desarrollo social y económico. Y hay que explotarlo para darle una trazabilidad al territorio para que la gente sienta que es el mejor municipio para vivir su vida.

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