Apenas pasaron las 10 de la mañana y la temperatura alcanzó los 27°; la sensación térmica ya es de 29°. «Hoy también va a ser un horno»; predice el guadavidas en una conversación de tabla a tabla, en un momento en que el mar (y sus compañeros) le permiten correr alguna que otra olita, linda, pero de no más de un metro porque el mar «está chico»: la verdadera ola, que a estas orillas llegó con la fuerza de un torbellino, aquí es de sol y calor.
Antes del mediodía, el termómetro marca 31°. La térmica es de 33°. Las nubes aparecen cada tanto como un tizne blanquecino en el cielo limpio. Sin ojotas no se puede caminar la playa, salvo en la orilla donde está húmeda; la arena arde en los pies. Soplando a tan solo 4 kilómetros, bien puede afirmarse que no hay viento.
No hay datos todavía, porque el Instituto Nacional de Investigaciones y Desarrollo Pesquero (Inidep) registra la temperatura de la superficie del mar y da a conocer un promedio a mes vencido. Es decir que el número se conocerá en los próximos días. No obstante, quien alguna vez se metió en estas aguas después de armarse de valor tras el primer contacto, en estos días notará la anomalía: el agua está cálida.
Hace más de diez días que el calor no afloja, y en estas horas, el Servicio Meteorológico Nacional mediante su sistema de alertas tempranas, mantiene para Mar del Plata un «alerta amarillo», que tiene un efecto leve a moderado para la salud. «Pueden ser peligrosas -las temperaturas-, sobre todo para los grupos de riesgo, como niños y niñas, personas mayores de 65 años, con enfermedades crónicas», indica.
Es igual para el resto de la costa hacia el norte y al sur hasta Necochea. Sin pasar por el naranja, el alerta para Monte Hermoso y la costa de Tres Arroyos pasa directo a «rojo», es decir que las temperaturas allí pueden tener un efecto alto a extremo en la salud. «Muy peligrosas. Pueden afectar a todas las personas, incluso a las saludables», sostiene el SMN.
Con la actualización de los registros a las 14, cuando en Mar del Plata la temperatura era de 32°9, en Monte Hermoso era de 37°. En aquellas playas, para este miércoles se espera una temperatura máxima de 41°.
En lo que va del 2024, el día más caluroso en esta ciudad se registró el martes, con 34°4 a las 13.40. Hoy podría superarse ese índice, y si no es así ocurrirá en los próximos días puesto que el SMN pronostica máximas de 35° para lunes y martes próximos. ¿Lluvias? Tal vez mañana se de un breve período de inestabildiad en la tarde; en medio de la canícula, apenas un lenitivo.
Los operadores del sector turístico suelen finalizar sus vaticinios sobre cada momento de la temporada con una frase, una expresión de deseo en realidad, a la que dejan supeditado todo el resto: «Siempre que el tiempo acompañe», cierran.
A pesar de que tuvo un comienzo a los baquinazos, con una secuencia que eran de tres días de playa y calor y un cuarto con una tormenta repentina en la tarde (una de ellas muy fuerte, dejo dos muertos -un adolescente y una mujer de 65 años, aplastados por árboles- y múltiples daños en Miramar), el clima de enero terminó acomodándose. Tanto que hace más de diez días que no llueve, y el calor no da tregua.
Es decir, el tempo «acompañó», pero no fue suficiente para que los números de la temporada cerraran mejor. Hubo caída en todos los rubros, con la hotelería «trabajando a la baja»; la gastronomía «en niveles moderados, incluso flojos, muy por debajo a otros años»; el comercio con mermas disímiles en sus ventas, según el rubro, pero siempre abajo, y los balnearios -datos de la cámara que los nuclea-, pese al sol inclemente, alquilaron menos sombra, trabajaron entre un 30% y un 40% menos que el año pasado.
Hay turistas de entre semana, pocos, y muchos marplatenses que en sus momentos libres (antes o después de sus trabajos; a la tarde quienes tienen horario cortado), indefectiblemente, hace unas horas de playa para disfrutar de este tremendo sol que, se sabe, continuará apuntalando febrero.
Mar del Plata. Corresponsal
MG