Los incendios forestales no dan tregua en Córdoba. En el departamento de Punilla, al oeste de la capital provincial, el fuego no cesa desde hace tres días. Bomberos y brigadistas pasaron toda la noche combatiendo cuerpo a cuerpo con las llamas, que en su avance descontrolado arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.
En Capilla del Monte, localidad ubicada al pie del cerro Uritorco, el propio intendente tuvo que evacuar preventivamente a su familia ante la peligrosa llegada del fuego a escasos metros de su vivienda. Los últimos reportes hablaban de más de 50 evacuados en la zona del valle y 20 viviendas destruidas por las llamas.
El frente de fuego se movía hacia la localidad de Los Cocos, al sur de la ciudad de Dolores, zona donde comenzó el incendio hace tres días con un foco intencional. Había preocupación allí, donde las llamas arrasaron con la emblemática aerosilla que atrae a tantos turistas cada temporada.
La intendenta de esa localidad, Celeste Furmston, informó que un joven de 30 años permanece internado en sala común del Instituto del Quemado.
“Resultó con quemaduras mientras trataba de salvaguardarse cuando el fuego estaba muy cerca de su casa. Sufrió daños físicos. Está bien, posiblemente esté de alta en el transcurso de la semana”, señaló la intendenta.
Además, bomberos trabajan este sábado a la tarde en Chacaní, 100 kilómetros al oeste de la capital provincial.»Los fuertes vientos complican la tarea de los bomberos y brigadistas. En estos momentos el frente presenta menor actividad que en las últimas horas y se avanza para ganarle al fuego», indicaron desde la Gobernación.
En total, se estima que participan de los operativos más de 700 bomberos, además de Defensa Civil, Policía y personal del Plan Provincial y Nacional de Manejo del Fuego.
Con el amanecer del sábado empezaron a volar nuevamente los aviones hidrantes, vitales para arrojar agua desde el cielo en una región que sufre la escasez de lluvia y humedad desde hace semanas.
Más de 700 bomberos apoyados por aviones hidrantes y helicópteros trabajan en los focos que siguen activos. Foto: Gobierno de Córdoba.El panorama meteorológico no era para nada alentador en la provincia mediterránea. Los pronósticos marcan para este sábado y para el domingo temperaturas por encima de los 30°, lo que podría favorecer a las llamas. La máxima tocaría los 35º sobre el cierre del fin de semana.
A las altas temperaturas se suma el fuerte viento, que aviva los focos. «Todavía no hemos podido controlarlo porque la velocidad y la intensidad del viento nos va arrastrando y aparecen focos secundarios», dijo Roberto Schreiner, vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgos de Córdoba.
Las condiciones mantienen el alerta que emitieron el jueves las autoridades, por riesgo extremo de incendios.
En tanto, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, habló sobre la grave situación generada por los incendios forestales y se manifestó a favor de aplicar castigos más severos a los responsables de generar focos.
En declaraciones a radio Cadena 3, Llaryora dijo que «la mayoría de los incendios que se han producido este año no tienen que ver con hechos fortuitos, sino con descuido o hechos dolosos», y en ese sentido pidió que se apliquen sanciones severas a quienes inician incendios intencionales, indicando que «no puede ser que no haya penas acordes al daño que se hace».
Los aviones hidrantes volvieron a volar desde temprano esta mañana. Foto: Gobierno de Córdoba.Los dichos del gobernador parecen responder a una noticia que se conoció el viernes por la tarde, y que despertó la ira de todos los que trabajan para combatir las llamas. Es que la Policía detuvo a un hombre que, con un bidón de diez litros de nafta, intentaba encender distintos pastizales.
La denuncia llegó por parte de los vecinos que lo habían visto por la zona de los incendios. Más tarde, las autoridades salieron a perseguir al sospechoso que estaba montado en un caballo. Alrededor de las 15 lo arrestaron en un paraje de San Esteban.
En 2024, Córdoba ya ha reportado 1.500 incendios forestales y rurales, la mayoría de ellos en los últimos tres meses, dejando un saldo de más de 30.000 hectáreas afectadas.
Según las autoridades, casi la totalidad de estos incendios fueron causados por residentes, aunque destacaron que los fuertes vientos y la reducida humedad han tenido un impacto importante.