La enfermedad renal crónica afecta al 15% de los adultos españoles, sobre todo a varones de edad avanzada y con otras patologías asociadas como diabetes o enfermedad cardiovascular. Con una alta tasa de infradiagnóstico (por encima del 40%) sus síntomas son poco reconocibles al principio, lo que dificulta su tratamiento y manejo clínico. Por eso, los expertos la tildan como la «epidemia silenciosa» del siglo XXI. En España, el número de personas que necesita tratamiento renal sustitutivo -diálisis o trasplante-, ha crecido un 30% en la última década, y esta cifra se sitúa en 1.411 pacientes por millón de población (año 2022).
Así se ha explicado este jueves en la presentación de la XIII Reunión Nacional de Diálisis Peritoneal y Hemodiálisis Domiciliaria que se celebra hasta el próximo 24 de febrero en Pamplona y organizan la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN). En el encuentro, el presidente de los nefrólogos, el doctor Emilio Sánchez, ha explicado que la enfermedad renal crónica es una de las dolencias «más desconocidas y se ha convertido en un grave problema de salud pública en nuestro país y el mundo».
Las previsiones indican que, en pocos años, si no se aumentan los recursos y estrategias de prevención, diagnóstico precoz y tratamiento, será la segunda causa de muerte en España después del Alzheimer, afectando a un tercio de las personas mayores de 65 años, ha añadido el presidente de la S.E.N. Entre los motivos que explican el incremento de casos están el envejecimiento de la población junto con factores de riesgo, como la diabetes, la enfermedad cardiovascular, o la hipertensión, y a estilos de vida poco saludables que afectan a la salud del riñón.
Diálisis en casa
La doctora María Fernanda Slon, del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Navarra, y presidenta del comité organizador de la reunión, ha señalado, por su parte, que la diálisis peritoneal y la hemodiálisis domiciliaria son modalidades que se realizan en el hogar del paciente. Dos opciones que permiten realizar un tratamiento más flexible e individualizado en comparación con otras terapias tradicionales como la hemodiálisis en hospital, ha recalcado. Además, mejoran la autonomía, la independencia y la calidad de vida de las personas.
«Entre los beneficios clínicos destaca la posibilidad de realizar esquemas de diálisis con mayor frecuencia que con la de hospital, con mejor tolerancia hemodinámica a las sesiones, menores restricciones en la dieta, y un mantenimiento durante más tiempo de la función renal residual, entre otros», ha indicado la especialista que, entre otros aspectos, también subrayó la reducción de los desplazamientos al hospital o centros de diálisis.
En el caso de la diálisis peritoneal, esta técnica, como tratamiento inicial para las personas con la enfermedad que comienzan a recibir tratamiento renal sustitutivo, ha ido aumentando hasta consolidarse en un 16% de los pacientes en 2022, con una tasa de incidencia de 25 personas por millón de población (p.m.p.), frente a las 20 p.m.p. que había en 2012 (es decir, ha aumentado 5 puntos en diez años).
Poco demandada
En total, 1.169 pacientes iniciaron su tratamiento en 2022 en España con diálisis peritoneal o hemodiálisis domiciliaria, otra técnica que también ha confirmado su eficacia y seguridad, han dicho los nefrólogos, y augura un futuro en el que buena parte de los tratamientos y la atención se podrían realizar desde sus casas, con la preparación y apoyo de personal sanitario especializado.
Los especialistas vuelven a pedir un mayor impulso a las técnicas de diálisis domiciliaria en toda España
Sin embargo, han advertido, el aumento de las técnicas de diálisis domiciliaria al inicio del tratamiento renal no se está traduciendo en un cambio significativo en nuestro país. Solo 3.212 personas del total de 29.862 que están tratamiento con diálisis (es decir, el 10,7%) lo hacen a través de diálisis peritoneal, y la prevalencia de la hemodiálisis domiciliaria es todavía más baja. Por eso, los especialistas vuelven a pedir un mayor impulso a las técnicas de diálisis domiciliaria en toda España, y una «mayor visibilización y compromiso de las autoridades sanitarias»