Las grandes empresas del turismo español han venido quejándose del enorme agravio sufrido en el reparto de los fondos europeos para un sector que; tras el desplome total provocado por la pandemia, ha vuelto a erigirse en locomotora del crecimiento económico nacional. Las críticas y los reproches se vienen arrastrando desde que hace tres años el Gobierno aprobó el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) como instrumento crucial para reactivar y reinventar una economía hundida por los estragos del covid gracias a la mastodóntica inyección de los fondos NextGeneration.
El sector ha insistido desde entonces en reclamar una inyección mucho mayor de fondos europeos a la prevista por el Ejecutivo (de momento sólo 3.400 millones del total de 163.000 millones de euros movilizados por el Plan hasta 2026, apenas un 2% tras la ampliación de presupuesto con la aprobación de la última adenda). Y entre las exigencias del turismo también figura la de contar con su propio PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica), similar a los diseñados por el Ejecutivo para el vehículo eléctrico, las nuevas renovables, los microchips o las industrias aeroespacial o naval.
Las denuncias de la escasez de fondos europeos y las críticas sobre la gestión realizada por la Administración se han concentrado en los últimos años justo antes y durante la celebración de Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur). Y este Fitur no ha sido una excepción. «Es una vergüenza que[el Gobierno] no haya pensando en destinar parte de los fondos europeos al sector turístico a través de uno de estos planes», sentenció esta semana Carmen Riu, coconsejera delegada del Grupo Riu, una de las mayores compañías hoteleras del país, en referencia a la ausencia de un PERTE turístico.
Desde Exceltur, el lobby que agrupa a una treintena de los mayores grupos del sector (como Meliá, Iberia, Globalia, NH Hotels, Riu o Amadeus), se han retomado las críticas estos días, subrayando que la industria turística sigue echando en falta un PERTE enfocado en el sector y se redoblan las críticas por los proyectos a los que se han destinado los fondos disponibles.
Y es que desde los grandes grupos turísticos se critica la fórmula elegida para repartir el grueso de los fondos europeos destinados al sector, centrada en pequeños proyectos que algunas compañías asimilan al antiguo Plan E del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y que ha sido elegidos y diseñados por los ayuntamientos sin intervención de la empresa privada. Las empresas turísticas habrían preferido destinar los fondos a grandes proyectos transformadores de los principales destinos turísticos y no a pequeñas reformas y mejoras en municipios de escasa relevancia turística.
La mitad del sector no conoce los fondos
Exceltur realiza trimestralmente una encuesta entre dos millares de unidades de negocio del sector turístico para elaborar sus informes de perspectivas económicas y en el último estudio se han incluido preguntas específicas sobre la asignación de fondos europeos. Y los resultados son evidentemente negativos, con los empresarios turísticos dando una nota de un 3,6 sobre 10 al impacto que esperan de los fondos NextGeneration en su actividad, con menos de la mitad de los encuestados (el 48,9%) asegurando conocer la distribución de los fondos y con casi un 90% que no ha tenido acceso a los programas dedicados al turismo.
“La inadecuada asignación inicial y la evaluación que se deriva de los empresarios tur´siticos sobre los efectos de los 3.400 millones (….) recomiendan un proceso de reflexión sobre las vías para reorientar y aprovechar mejor la que es la mayor pol´ticia de inversión tur´sitica de la historia reciente de España”, apunta Exceltur en su último informe, reclamando un “replanteamiento estratégico y mayor gestión conjunta para garantizar el mayor impacto y capacidad transformadora en los tres años en los que se han de ejecutar”.
Hace un par de años la propia Exceltur llegó a diseñar una propuesta de plan sectorial para concentrar fondos europeos por importe de 17.500 millones de euros en diez años en el turismo (15.000 millones del PERTE en los primeros tres años y otros 2.500 millones de fondos europeos tradicionales en siguientes ejercicios) para modernizar los viejos destinos turísticos de ‘sol y playa’ españoles. La asociación calculaba que esos más 17.000 millones de fondos públicos permitirían, además, movilizar otros 37.500 millones más de inversiones privadas.
Ahora la apuesta de los grandes grupos del sector pasa por reorientar los presupuestos disponibles aún no ejecutados hacia proyectos en destinos consolidadas con necesidades de renovación y hacia iniciativas para evitar la masificación y la saturación en algunos destinos para evitar el rechazo social contra el sector, promoviendo una “fuerte inversión” pública y privada. “Ante la falta de este PERTE, creemos que se tiene que promover una fuerte inversión para mejorar nuestra competitividad y enfocarla en los objetivos que nos planteamos para el periodo 2024-2030”, subrayó esta semana Gabriel Escarrer, presidente de Meliá y también de la propia Exceltur.
El Gobierno defiende su plan
En los últimos años el Gobierno ha venido defendiendo la ambición y la capacidad transformadora de su propio plan para el turismo, a pesar de contar con una dotación muy inferior a la que aspira el sector. Lo hizo la anterior ministra del ramo, Reyes Maroto, y lo hace también ahora el nuevo ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu.
“Las inversiones por 3.400 millones de euros demuestran el compromiso del Ejecutivo con la recuperación del sector y el refuerzo de las políticas destinadas a renovar los destinos, potenciar la eficiencia e intensificar la descentralización y desestacionalización de las experiencias turísticas”, apuntó Hereu en uno de los varios foros turísticos en que ha participado esta semana. “Hay fondos para transformar. Hay fondos como nunca. Se llame PERTE o no”, sentenció.
Desde el Gobierno se ha defendido para justificar que el turismo no cuente con un PERTE que los estos proyectos estratégicos fueron concebidos para impulsar sectores industriales -no de servicios como el turismo- con capacidad de arrastre económico y que estos programas exigen que un 30% de todas las inversiones las realicen las propias empresas privadas que lancen los proyectos, y que las compañías turísticas no estaban en condiciones de afrontar esas inversiones en plena pandemia por el derrumbe del sector. Además, el Ejecutivo subraya que el turismo cuenta con un apartado específico propio en el Plan de Recuperación (un componente, según se denomina en el PRTR) con inversiones previstas de 3.940 millones, de las que 3.400 millones corresponden a los fondos NextGen.
El ministro Hereu ha reivindicado esta semana el Plan de Modernización y Competividad del Sector Turística que se articula en torno a esos fondos europeos y se desarrolla en tres ejes: los planes de sostenibilidad turística en destino, que han movilizado 1.800 millones para más de 500 proyectos para mejorar destinos turísticos de todo el país; la digitalización del sector y los destinos, para lo que se ha inyectado más de 300 millones; y un tercero de competitividad, buscando la diversificación, la desconcentración y la desestacionalización de la oferta con productos de más calidad.