El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, junto al Cabildo Catedral, ha celebrado este lunes 25 de diciembre en la Catedral la misa de la Natividad del Señor. A las doce del mediodía, el órgano de la Catedral, las panderetas y las voces del coro del seminario mayor San Pelagio, bajo la dirección del canónigo Antonio Murillo, anunciaban el inicio de la solemne misa con la que la diócesis celebra la Natividad del Señor.
En la homilía, el obispo, como es habitual, ha comenzado felicitando a los fieles por este feliz día en el que se celebra el Nacimiento de Jesús. Poco después ha señalado que «la Navidad es una fiesta muy entrañable, llena de ternura», por lo que en estos días «le pedimos a Jesucristo que nos ablande el corazón y nos conceda esa ternura de Dios». Se trata de una fiesta de la Navidad donde «la luz de Dios, que ha iluminado la historia, quiere iluminar todos los aspectos de la vida humana», ha señalado, a la vez que recordó que «la Navidad nos invita a acercarnos a la luz» y animó a ver «con claridad lo que Dios quiere para nosotros».
Para concluir, el prelado pidió por la paz en el mundo, especialmente en Tierra Santa, que en estos días continúa en guerra. «Pidamos a Jesucristo que nos conceda la paz del corazón y la paz en la tierra como cantaron los ángeles el día de Nochebuena», ha afirmado.
Tras la eucaristía, los fieles han hecho cola ante el altar mayor del templo para besar la imagen del Niño Jesús mientras el coro del seminario mayor entonaba el Gloria in excelsis deo.
Otros han optado por acercarse a ver el belén que el Cabildo ha instalado en la Catedral. Este belén está realizado a base de distintos dioramas en los que se recrean los pasajes del Evangelio relativos al Nacimiento de Jesús. Esta recreación fue bendecida por el obispo de la diócesis el día 24 por la mañana tras la misa del Anuncio del Nacimiento del Señor, la popularmente conocida como la misa de Calendas.