El contrato de Francisco Reynés (Palma, 1963) contempla indemnizaciones millonarias tanto si es cesado como si se mantiene como presidente pero despojado de sus funciones ejecutivas, según se detalla en el Informe de gobierno corporativo del grupo remitido en su momento a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En caso de salida de la compañía, el presidente percibiría un pago de dos anualidades de su retribución fija y variable, y también 1,25 veces su sueldo fijo para compensar el no cobro de la variable. Esto es algo más de 8,4 millones de euros (dada la retribución total de 2,83 millones percibida el pasado año, con 2,2 millones de parte fija), a los que se sumarían los 13,3 millones que acumula en su plan de pensiones. En total, unos 21,7 millones de euros.
Si perdiera sus funciones ejecutivas y se quedara como presidente no ejecutivo, la compensación sería la misma pero solo con una anualidad (casi 5,6 millones) si no se cumplieran los objetivos del plan de incentivos a largo plazo, pero podría recuperar el pago de una segunda anualidad extra si se alcanzara la rentabilidad mínima marcada cuando finalice el plan de incentivos.