No hay que subestimar la importancia de una vida activa y saludable: hacer ejercicio de forma regular no solo contribuye a la pérdida de peso, sino que también promueve la salud cardiovascular, fortalece los músculos y mejora el estado de ánimo.
Sin embargo, para algunas personas, el ejercicio intenso puede resultar desafiante o poco atractivo. Ya sea por limitaciones físicas, falta de tiempo o simplemente preferencia personal, hay quienes buscan alternativas para adelgazar y mantenerse saludables sin comprometerse con un régimen de ejercicios exhaustivo.
A pesar de que es una de las prácticas más recomendadas para perder peso, existen otras técnicas que podemos emplear para decir ‘adiós’ a la báscula y empezar a estar en el peso que nos propongamos.
Reducir las horas entre las comidas
Una estrategia efectiva para controlar el peso es evitar largos períodos sin comer. En lugar de seguir una dieta estricta, se recomienda dividir la ingesta diaria en cinco comidas más pequeñas y saludables. Al comer cada pocas horas, se mantiene el metabolismo activo y se reduce la probabilidad de atracones.
Comer de forma consciente y más lentamente
La forma en que comemos puede influir significativamente en nuestro peso. Comer en un ambiente tranquilo y prestar atención a la comida puede ayudarnos a consumir menos calorías. Mastica cada bocado lentamente y disfruta de cada sabor. Además, apagar la televisión o el teléfono durante las comidas puede evitar distracciones y permitirnos concentrarnos en las señales de saciedad de nuestro cuerpo.
Controlar las cantidades de comida
Es importante prestar atención a las porciones y equilibrar nuestra dieta con una variedad de alimentos nutritivos. Optar por raciones más pequeñas y elegir alimentos frescos y no procesados puede ayudarnos a controlar la ingesta de calorías sin tener que contarlas.
Prestar atención a los condimentos
Los condimentos y aderezos pueden agregar calorías adicionales a nuestras comidas sin que nos demos cuenta. Optar por opciones más saludables, como hierbas frescas, especias y salsas bajas en calorías, puede ayudarnos a reducir la ingesta de grasas y azúcares agregados.
Hacer una cena ligera
Cenar tarde y en grandes cantidades puede dificultar la pérdida de peso. En su lugar, opta por cenas ligeras y saludables que incluyan una combinación de proteínas magras, vegetales y granos integrales. Evita las comidas pesadas y grasosas antes de acostarte, ya que esto puede dificultar la digestión y afectar la calidad del sueño.
Beber mucha agua
El agua es esencial para mantenernos hidratados y puede ayudar a suprimir el apetito. Beber un vaso de agua antes de las comidas puede ayudarnos a sentirnos más llenos y reducir la cantidad de alimentos que consumimos. Además, evitar las bebidas azucaradas y alcohólicas puede ayudarnos a reducir la ingesta de calorías vacías.
Planificar las compras de comida
Planificar con anticipación nuestras compras de alimentos puede ayudarnos a evitar las compras impulsivas y a elegir opciones más saludables. Hacer una lista de compras y ceñirnos a ella puede garantizar que tengamos alimentos nutritivos disponibles en todo momento y reducir el desperdicio de alimentos.
Evitar el sedentarismo
Aunque el ejercicio intenso puede no ser adecuado para todos, es importante mantenerse activo en la medida de lo posible. Incorporar pequeños cambios en nuestra rutina diaria, como caminar más, usar las escaleras en lugar del ascensor y realizar tareas domésticas activas, puede ayudarnos a quemar calorías adicionales y mantenernos en forma.