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Cómo mantener tu planta Kalanchoe viva y radiante por años

El kalanchoe es, sin duda, una de las plantas de interior más agradecidas y populares: son alegres, dan preciosas y pequeñas flores y son muy sencillas de cultivar, porque requieren cuidados sencillos.

Se trata de una planta de la familia de las Crasulaceae, es decir crasa o suculenta, que son aquellas en las que algún órgano se encarga de la acumulación de agua y nutrientes, que le permiten vivir cuando el agua escasea o las temperaturas son muy altas. Es de hoja perenne y es perfecta para iniciarse en el mundo de la jardinería.

Aunque existen más de un centenar de especies, la más común y más fácil de encontrar en los viveros es el kalanchoe blossfeldiana, originaria de Madagascar.

Es una plantita pequeña y semiarbustiva, que suele medir unos treinta centímetros. Las raíces, que no tienen un eje principal, ya que son fasciculadas, se desarrollan bien en una capa de sustrato de 20 a 25 centímetros.

El tiempo de vida de un kalanchoe puede variar, pero en condiciones de cuidado adecuado, pueden vivir varios años. En general, las plantas de interior bien cuidadas pueden durar de 2 a 5 años, aunque algunas pueden vivir más tiempo. La duración de la vida de la planta también puede depender de factores como las condiciones específicas de crecimiento, la genética de la planta y la calidad del cuidado que recibe. Con atención y amor, tu kalanchoe puede brindarte belleza durante un buen tiempo.

Algunos aspectos positivos del kalanchoe:

Estética decorativa: El kalanchoe es conocido por sus vibrantes flores que añaden un toque colorido a los espacios interiores y exteriores.

Facilidad cuidado: Esta planta es robusta y resistente, lo que la hace ideal para aquellos que buscan una opción de bajo mantenimiento.

Purificación del aire: Al igual que muchas plantas, el kalanchoe contribuye a mejorar la calidad del aire al absorber ciertos contaminantes y liberar oxígeno durante la fotosíntesis.

Adaptabilidad: El kalanchoe es capaz de tolerar condiciones adversas y puede crecer en diversos entornos, lo que la convierte en una opción versátil para diferentes tipos de jardines y hogares.

Propagación sencilla: Puedes propagar nuevas plantas a partir de las hojas de kalanchoe, lo que hace que sea fácil compartir la belleza de esta planta con amigos y familiares.

Cuidados del Kalanchoe

El cuidado del kalanchoe es bastante sencillo. Aquí tienes algunas pautas generales:

Luz: Prefiere la luz brillante, pero evita la luz solar directa intensa, especialmente en las horas más calurosas del día.

Riego: Permite que la tierra se seque entre riegos. Demasiada agua puede provocar problemas como la pudrición de raíces. Riégala cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto.

Suelo: Utiliza un sustrato bien drenado. Un sustrato para cactus o suculentas suele ser adecuado.

Temperatura: El kalanchoe prefiere temperaturas entre 15-23°C. Puede tolerar temperaturas más altas, pero evita exponerla a condiciones extremas.

Fertilización: Durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), puedes fertilizar mensualmente con un fertilizante equilibrado para plantas de interior. Reduce la fertilización en otoño e invierno.

Poda: Puedes podar para dar forma a la planta y eliminar flores marchitas. También puedes propagar nuevas plantas a partir de las hojas cortadas.

Propagación: Puedes propagar nuevas plantas a partir de las hojas. Deja que las hojas cortadas se sequen durante un día antes de plantarlas en tierra.

Protégelo de las plagas: El kalanchoe está expuesto al ataque de determinadas plagas. De hecho, es difícil evitar que aparezcan ciertos insectos a hacer de las suyas.

– Las orugas, por ejemplo, encuentran en las flores del kalanchoe un auténtico festín. Las querrán devorar siempre, por lo que debes estar atento y combatirlas en cuanto hagan su aparición.

– La araña roja también suele atacar a estas plantas, haciendo que sus flores se marchiten. Para eliminar esta plaga debes utilizar un insecticida adecuado.

Esta planta tan especial puede cultivarse tanto en el interior de casa como al aire libre (si el clima es cálido), pero necesita un emplazamiento muy luminoso para crecer feliz.

Luz solar

Búscale un lugar con mucha luz solar. Esto es clave para que la floración sea abundante, ya que con poca luminosidad florecerá más pobremente. Si lo cultivas en interiores la luz solar ha de ser abundante pero también indirecta. Los rayos directos del astro rey podrían quemar las hojas de la planta.

Mucho cuidado con las heladas

A pesar de que es una planta que puede crecer bien al aire libre, si el invierno es extremo habrá que protegerlo del frío. En ese caso es mejor cultivarlo en interior, ya que la planta estará bien entre los 12 y los 27º C. Tampoco soporta bien las heladas, a no ser que sean muy suaves.

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