No hay novedades en Washington 24 horas después de que el ministro de Economía dijera que el acuerdo es «inminente».
El acuerdo «inminente» con el Fondo sigue demorándose. Después de que Sergio Massa anunciara que el nuevo programa se conocerá en las próximas horas, el Ministerio de Economía no dio a conocer nuevas precisiones. Tampoco informó cuándo se concretará el viaje a EE.UU ni el arribo de los desembolsos necesarios para llegar a las elecciones sin sobresaltos.
«Estamos tratando de saldar el semestre en dos trimestres con el Fondo. Seguramente en las próximas horas van a conocer el programa de los próximos seis meses con el FMI», había anticipado el ministro el martes. Ayer el que se sumó al optimismo fue el secretario de Industria, José de Mendiguren: “Se está negociando adelantar fondos de acá a fin de año y postergar vencimientos de corto plazo”.
Massa recibió este miércoles al titular de Aduana, Guillermo Michel, y su par de AFIP, Carlos Castagnetto. La agenda incluyó el seguimiento de las cautelares por las trabas a las importaciones y un nuevo alivio en Ganancias para los trabajadores. También visitaron al ministro el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri; y, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo.
Cleri pasó a jugar un rol decisivo en la mesa de dinero del BCRA desde la última corrida cambiaria en abril, con el uso de reservas para contener los dólares paralelos, a contramano del acuerdo con el Fondo. También integra la mesa chica con Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein, que negocia a contarreloj con el staff, previo al receso invernal en la institución previsto para el 4 de julio.
El Gobierno inició en las últimas horas la cuenta regresiva para pagar US$ 2.700 millones este viernes. El monto vencía la semana pasada, pero se postergó en medio de la falta de reservas y los tironeos con Washington y el cierre de listas, que alumbró la candidatura presidencial de Massa y dejó a Daniel Scioli y Eduardo «Wado» de Pedro -el elegido por Cristina Kirchner- entre los «heridos».
En las últimas horas surgieron diferencias manifiestas entre los líderes de la coalición oficialista por el cierre de lista. Esto sucede ante la mirada del FMI justo en un momento clave la negociación. Además, se sumó la promesa de actualizar el piso salarial de ganancias que impactaría negativamente en la recaudación.
Sin el dólar soja y en medio de la sequía, el Banco Central vendió US$ 625 millones en el mercado de cambios en junio, según el cálculo del analista Andrés Reschini. La cifra representa el peor junio desde 2018 y la persistencia de la fragilidad cambiaria, pese al endurecimiento del cepo.
Así, desde fines de abril, las reservas netas entraron en terreno negativo y rondan en torno a los – 2.000 millones, según cálculos privados, lo que complica el pago al FMI. El Gobierno tiene en su poder US$ 1.700 millones de derechos especiales de giro (DEG), la unidad de cuenta del organismo, y podría recurrir a depósitos de organismos descentralizados.
La intención de Massa es calzar el pago con el desembolso del organismo. El ministro negocia un anticipo de hasta US$ 10.000 millones, junto con una rediseño del programa y el calendario de pagos. El Fondo ya había aflojado la metas de reservas en marzo, pero el deterioro de la economía terminó por desdibujar el acuerdo. Y ahora en Washington exigen una devaluación.
Bajo presión, el Gobierno habría incumplido todas las metas de junio. Las reservas debían alcanzar los US$ 6.800 millones y son negativas. Hasta mayo, el déficit primario asciende a $ 1,3 billones, por lo cual sería necesario un superávit primario este mes para lograr el objetivo de $ 1,2 billones. Y el BCRA emitió $ 670.000 millones a junio, casi el doble de la meta de $ 373 millones.