Glenda Jackson, la actriz británica que ganó dos premios Oscar, y que después se consagró a la política como miembro del Partido Laborista, murió a los 87 años, anunció este jueves su agente.
«Glenda Jackson, actriz y política, dos veces ganadora de un Oscar, murió en paz en su casa en Blackheath, en Londres, acompañada de su familia tras una breve enfermedad», informó su representante Lionel Larner a la agencia PA.
La actriz fue premiada en Hollywood por sus interpretaciones en Mujeres enamoradas (Women in Love) en 1970 y Un toque de distinción (A touch of Class), en 1973.
Después de 35 años, se alejó de las tablas, entró en la política a los 55 años y llegó al Parlamento como diputada del Partido Laborista en 1992 representando a un distrito de los suburbios de Londres.
Su labor como ministra
Entre 1997 y 1999 ejerció como ministra de Transportes del gobierno laborista de Tony Blair y en 2003 se convirtió en una de las voces críticas contra la invasión de Irak.
En una de sus intervenciones más memorables y polémicas en el Parlamento, Jackson lanzó un feroz ataque contra el legado de la ex primera ministra Margaret Thatcher el día de su funeral en 2013.
«La primera primera ministra de género femenino, ok. ¿Pero una mujer? No según mis términos», lanzó.
Jackson fue homenajeada por el escritor argentino Julio Cortázar en su libro Queremos tanto a Glenda.
Una actriz inolvidable
Jackson es recordada por películas como Un toque de distinción, junto a George Segal, o Mujeres enamoradas (1970), así como por su famosa encarnación de la reina Isabel I de Inglaterra en la serie de televisión de la cadena británica BBC emitida en 1971.
Por sus interpretaciones en esos dos filmes fue galardonada con sendos premios Oscar a la mejor actriz.
Gran defensora de los derechos humanos, en particular los de la mujer, entre ellos el acceso al aborto, Jackson fue sensible hacia los problemas sociales del Reino Unido, lo que le llevó a unirse al Partido Laborista a principios de los años cincuenta.
De origen humilde al éxito en Hollywood
Nacida el 9 de mayo de 1936 en Birkenhead, en el noroeste de Inglaterra, en el seno de una familia trabajadora -su padre fue albañil y su madre se dedicaba a la limpieza-, Glenda Jackson empezó trabajando en una farmacia hasta que en 1954 obtuvo una beca para estudiar en la Real Academia de Arte Dramático de Londres.
Sus primeros trabajos fueron en teatro en 1957, como Mesas separadas, de Terence Rattingan, con gran acogida por parte del público y la crítica, pero entre 1958 y 1961 no pudo encontrar trabajo, lo que la llevó a buscar diversos empleos, entre ellos en una cafetería y atendiendo llamadas para una agencia de teatro.
Después hizo diversas interpretaciones en teatro, como en la obra US (1966), en el teatro Aldwych, y Negatives (1968).
Por su actuación como reina Isabel I, la actriz fue elogiada por la crítica y también por los historiadores, por considerar que se trató de la representación más precisa de la reina inglesa.
Después de que esta serie apareciera en la televisión de EEUU, Jackson obtuvo un premio Emmy. También interpretó a la soberana en la película Mary, Queen of Scots.
Entre otros premios en su país, la actriz fue galardonada con un BAFTA por su actuación en el filme Sunday Bloody Sunday (1971), en el que interpretaba a una empresaria divorciada que tenía una relación con un artista bisexual.
En 1978, la reina Isabel II la nombró Comandante de la Orden del Imperio Británico. Ese año volvió a la comedia con House Calls (1978), que protagonizó junto a Walter Matthau.
Comprometida con asuntos sociales
A pesar de su éxito en el mundo del espectáculo, Glenda Jackson mantuvo siempre su compromiso con las causas sociales. En 1986 visitó Etiopía como parte de los esfuerzos de la organización humanitaria Oxfam para ayudar a atajar la hambruna en ese país, mientras que también se implicó en la campaña contra el «apartheid» en Sudáfrica.
Acérrima crítica de las políticas de la ex primera ministra británica conservadora Margaret Thatcher, Jackson decidió retirarse de la actuación en 1991 para centrarse en la política.
Un año después, ganaba un escaño por la circunscripción londinense de Hampstead & Kilburn en el Parlamento británico en las elecciones generales, en las que los conservadores -liderados entonces por John Major- se mantuvieron en el poder.
Después de la victoria de los laboristas en 1997 -con Tony Blair como líder- Jackson ocupó un puesto en el Ministerio de Transporte como subsecretaria parlamentaria, pero dimitió en 1999.
Tras ello volvió a la actuación, con interpretaciones de éxito en las tablas de Broadway y alguna fugaz aparición en la televisión, aunque nunca calló sus opiniones políticas, como al dar su aprobación al nuevo líder laborista, Keir Starmer, no sin antes ofrecerle un consejo de intérprete veterana: tiene que mejorar su voz.
Fuentes: AFP/ EFE
WD