Con tan sólo 15 años, Rana Saadeldin es la atleta más joven en representar en unos Juegos Olímpicos a Sudán, un país que hace más de un año se encuentra en guerra civíl, y que compite en París para «representar con orgullo» a la nación africana.
«Soy la primera mujer sudanesa en nadar los 100 metros estilo libre en los Juegos», le contó a la agencia EFE la adolescente, quien aseguró que Sudán «tiene nadadores increíbles». Su participación en París 2024 estuvo lejos de las potencias. Es cierto que mejoró las marcas que había conseguido en Fukuoka, Japón, en 2023 (1:08.38) y en Doha, Qatar, este año (1:05.94), con un 1:04.72 en el Heat 1 en el Paris La Defense Arena, pero terminó en el puesto 29.
La sueca Sarah Sjoestroem (dueña del récord mundial de 51.71, en 2017) fue la más rápida y es la favorita al oro con un tiempo de 52.99 segundos. Las mejores 16 se clasificaron a las semifinales.
Poco importa para Saadeldin, que se fue feliz por haber competido. Hija de migrantes, y oriunda de los Emiratos Árabes Unidos, debutó este jueves en esta competición tras su destacada participación en los Campeonatos Mundiales de Japón en 2023 y Qatar en 2024, que le valieron la preciada invitación olímpica.
Rana Saadeldin es la nadadora más joven en representar a Sudán en los Juegos Olímpicos. Foto de OkayafricaSaadeldin dio sus primeras brazadas en el agua a los tres años a pedido de su padre, quien trabaja con barcos y suele llevar a su familia de paseo, e insistió en que sus hijos aprendieran a nadar en caso de alguna emergencia.
A los cinco años empezó a entrenarse y tan solo tres años después ya se encontraba compitiendo. «A esta altura, estar un día sin nadar se siente como una semana o un mes», admitió la joven nadadora al medio Okayafrica.
La compentencia la motiva a seguir entrenando, y siempre busca reconocer todos sus errores para poder mejorar. «Odio salir última, siempre quiero salir primera. No segunda, ni tercera; primera», había dicho.
Saadeldin entrena de dos a tres horas todos los días. Foto de OkayafricaLa joven nadadora había llegado pocas horas antes de la ceremonia de inauguración a una «preciosa y bonita» capital francesa, donde desfiló por el río Sena junto a los otros seis deportistas sudaneses con atuendos inspirados en la tradición nacional.
A pesar de abanderar los colores de su país, «ninguno de los atletas vive actualmente en Sudán», reconoció Rana, quien nació en Dubai, la futurista ciudad emiratí, expresó «mucha tristeza» por el actual conflicto que enfrenta desde abril de 2023 el Ejército de Fuerzas Armadas con el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que provocó decenas de miles de muertos y millones de desplazados en su país.
En ese sentido, la Federación Olímpica sudanesa, cuyos representantes también huyeron de la guerra, se enfrentaron al reto de coordinar a los deportistas «en su mayoría refugiados en Uganda, Egipto o Estados Unidos», indicó la nadadora, ya que «sería imposible entrenar en su propio país».
Saadeldin dijo estar orgullosa de representar a su país porque «no hay muchas chicas que naden en Sudán. Ser una de las pocas mujeres que viene a los Juegos Olímpicos es increíble».
En esta edición de los Juegos Olímpicos se encuentran participando tanto Sudán como Sudán del Sur, el país más joven del mundo que se independizó en 2011. Sin embargo, en menos de una semana desde la ceremonia de apertura, un escándalo puso el centro de atención en ambos países.
Ocurrió el domingo durante el encuentro entre Sudán del Sur y Puerto Rico por la fase de grupos del básquetbol masculino, cuando la organización de los Juegos Olímpicos hizo sonar el himno de Sudán antes del inicio del partido. Tal fue la indignación de los jugadores de Sudán del Sur que uno de ellos abandonaría la cancha enfurecido.
Rana Saadeldin vive una experiencia única en París
«La villa olímpica es fantástica», comentó la deportista, quien dijo estar emocionada de haber conocido ya a «tenistas y nadadores famosos» y estar «disfrutando de las instalaciones».
«En el último mes, Rana se ha entrenado con gran dedicación de lunes a viernes, dedicando tres horas cada día a la natación», comentó su entrenador, Anis, quien, según él, la joven demuestra «compromiso, motivación y precisión notables en su preparación física».
Aunque el objetivo de la nadadora era «conseguir una medalla», también admitió que es todavía es muy joven y que dicho sueño es «más realista para los Juegos de 2028», una opinión compartida por su preparador, quien sostuvo que, «de cara al futuro, será crucial que gestione el entorno y la presión».
Con su participación en París, Rana ya es historia deportiva de Sudán, que debutó como país en los Juegos de Roma 1960, pero tan sólo ostenta un metal en su medallero, una plata conseguida en 2008 en Beijing por el atleta Ismail Ahmed Ismail en la categoría velocidad de 800 metros.
«En realidad, estoy más emocionada que nerviosa«, concluyó la promesa sudanesa, con una sonrisa: «¡Son los Juegos Olímpicos, es una oportunidad única en mi vida!».
Con información de EFE