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El FMI advierte que los riesgos en Argentina «aún siguen siendo elevados» y pide que se agilicen las reformas

La número dos del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, advirtió este viernes, luego de la aprobación del Directorio Ejecutivo del desembolso de US$ 800 millones, que Argentina debe buscar mejorar la calidad del ajuste y seguir con “los esfuerzos para reformar el impuesto a las ganancias”, racionalizar los subsidios, gastos tributarios y reforzar el control del gasto. Dijo que “los riesgos siguen siendo elevados” y exigen una “implementación ágil de las políticas”.

El organismo emitió este viernes un comunicado con declaraciones de Gopinath, que sigue de cerca el caso argentino. El jueves, el Directorio había aprobado la octava revisión del programa, avalado un desembolso y había recibido con beneplácito las metas del programa que habían sido alcanzadas y superadas por el Gobierno de Javier Milei, en reservas, ajuste fiscal y política monetaria.

La funcionaria repitió los elogios. “Desde la última revisión, las continuas y decididas medidas para restablecer la estabilidad macroeconómica han encarrilado firmemente el programa. El plan de estabilización -centrado en una sólida ancla fiscal sin financiamiento monetario- ha generado superávit fiscales y externos, un significativo aumento en las reservas, un fortalecimiento del balance del Banco Central y una desinflación más rápida de lo previsto, al tiempo que se ha incrementado el gasto social. Todas las metas cuantitativas de desempeño hasta finales de marzo se sobre cumplieron, y se avanzó en la implementación de las reformas estructurales”, dijo.

Sin embargo, la funcionaria señaló que, a pesar de esos logros, “persisten algunos desequilibrios macroeconómicos y obstáculos al crecimiento, y aún queda por delante un proceso con desafíos. Se deben seguir fortaleciendo las políticas para afianzar los avances logrados hasta ahora, al igual que seguir ampliando el apoyo político y social a las reformas y protegiendo a los más vulnerables”.

Advirtió que “se han logrado avances sustanciales en alcanzar el equilibrio fiscal y ahora se debe dar prioridad a seguir mejorando la calidad de la consolidación fiscal. Deben proseguir los esfuerzos para reformar el impuesto a las ganancias de las personas físicas, racionalizar los subsidios y gastos tributarios y reforzar el control del gasto. Más allá de este año, será fundamental profundizar las reformas de los sistemas tributario, de pensiones y coparticipación, para así gradualmente eliminar los impuestos distorsivos”.

Agregó que “la política monetaria y cambiaria debe evolucionar para seguir afianzando el proceso de desinflación y mejorar aún más la cobertura de reservas. Para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario –en el que la estabilidad financiera y de precios sigan siendo los objetivos primordiales del Banco Central y donde el uso de divisas sea de libre elección-, la tasa real de política monetaria debería ser positiva para sostener la demanda de pesos y seguir reduciendo la inflación”.

Agregó que “la política cambiaria también debería hacerse más flexible para reflejar los fundamentos económicos, salvaguardar la desinflación, y el proceso de acumulación de reservas, sobre todo a medida que las normas de gestión de los flujos de capital (MFC) se levanten gradualmente en tanto las condiciones lo permitan. También son necesarias nuevas medidas para definir los pilares del nuevo régimen monetario, así como para desarrollar y empezar a implementar una reducción gradual de los controles de divisas y las MFC”.

“Una mayor atención a las reformas a nivel micro contribuirá a apoyar la recuperación e impulsar el potencial de desarrollo. Las reformas propuestas para mejorar la competitividad, aumentar la flexibilidad del mercado laboral y mejorar la previsibilidad del marco regulatorio de la inversión son pasos en la dirección correcta, y su aprobación y cuidadosa aplicación deberían ser prioritarias. Esto debería complementarse con reformas para mejorar la transparencia y la gobernanza, incluido el marco antilavado», dijo.

“Los riesgos, aunque moderados, siguen siendo elevados, lo que exige una implementación ágil de las políticas. La planificación de contingencias seguirá siendo fundamental y las políticas deberán seguir adaptándose a la evolución de los resultados para salvaguardar la estabilidad y garantizar que se sigan cumpliendo todos los objetivos del programa”.

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