El fenomenal crecimiento del empleo en EE.UU. se reveló, entre otros hechos, en que se agregaron 336.000 puestos de trabajo en el mes de septiembre: es el doble de lo previsto por los principales economistas de Wall Street; y ocurre cuando este es el mes número 33 consecutivo de creación de empleos por encima de un promedio de 150.000 unidades mensuales; y esto está acompañado por un auge notable de los ingresos por hora trabajada de 4,2% anual en el último año, por encima de la tasa de inflación de 3,6%.
Esto coincide con una política sostenida de altas tasas de interés de la Reserva Federal, que han alcanzado el mayor nivel de los últimos 22 años, con pautas entre 5,2% y 5,5%, que se han desplegado a lo largo de los últimos 18 meses.
EE.UU. experimenta un nivel de desocupación de 3,6% de la población económicamente activa (PEA), que es la más baja de los últimos 60 años.
En un sentido estricto, la economía norteamericana se encuentra en una situación de sobre-empleo porque se crean 14 nuevos puestos de trabajo por cada 10 reclamados por el mercado.
La pandemia del Covid-19 golpeó duramente a la superpotencia, así como al resto del mundo, entre 2020 y 2021, pero actuó como un extraordinario catalizador del cambio tecnológico por el despliegue en gran escala del trabajo digitalizado a distancia. De ahí que se estime que la revolución tecnológica realizó en 2 años lo que hubiera tardado en ocurrir 8 años en “tiempos normales”.
La pandemia, al igual que sucede con las grandes guerras, tuvo un efecto hondamente disruptivo, pero desató a su vez una etapa de extraordinario dinamismo en el proceso de digitalización tanto de la manufactura como de los servicios.
Esto coincidió con el ingreso del capitalismo a su fase de la Cuarta Revolución Industrial (CRI), que es el proceso de digitalización completa del sistema terciario y productivo; y que se sustenta en tres tecnologías fundamentales, que son la Inteligencia artificial (AI), la Internet de las Cosas (IoT), y la robotización; y la AI ha resultado ser la históricamente decisiva porque atraviesa y transforma la totalidad de las actividades productivas y de conocimiento.
La consecuencia es que ha comenzado a advertirse que el excepcional vigor de la economía estadounidense no responde solo a un carácter cíclico post-pandemia, sino que representa un cambio estructural, cualitativo y acumulado, que ya ha implicado – según Goldman Sachs – un alza de 0,25 a 0,50 puntos porcentuales en los últimos 3 años; y lo más importante es que todo indica que se trata de un adelanto de lo que viene en EE.UU. y en el mundo.
Más de 70% de la inversión norteamericana se realiza en “capital intangible” (patentes/marcas/conocimiento); y es por esta vía que aumenta la innovación estadounidense.
De ahí que es comprensible el excepcional nivel de auto-confianza de los ejecutivos máximos norteamericanos, que llegaron en junio a un índice de 6,6% en una escala de 0 a 10, y en ascenso.
EE.UU. experimenta un auténtico boom de productividad, que ha desatado un alza de más de 7 puntos del producto en los próximos 10 años (Goldman Sachs).
El rasgo característico de la Inteligencia artificial es que los productos que genera son indistinguibles de las creaciones más avanzadas de la cultura y de la mente humana; y esto hace que, asociado a la Internet de las Cosas (IoT), integre en un plazo a la vista en un único sistema de interconexión instantánea a las maquinas, los objetos, y los seres humanos.
Es el más formidable proceso de quiebre del status quo en todas partes y al mismo tiempo. Por eso Goldman Sachs prevé que más de 2/3 de los puestos de trabajo norteamericanos serán automatizados en los próximos 10 años.
Esta hazaña histórica sucede cuando se profundiza hasta la fractura la polarización y el enfrentamiento político y cultural norteamericano, en una situación solo comparable por su gravedad a la que experimentó en la Guerra Civil de 1861/1865.
Ya son 4 las últimas grandes encuestas nacionales de EE.UU. que indican que si las elecciones tuvieran lugar hoy Donald Trump se impondría a Joe Biden en los comicios presidenciales de 2024; y esto sucede cuando la diferencia que tiene el ex mandatario en las filas republicanas es superior en más de 60 puntos respecto al resto de los aspirantes sumados.
Trump es acusado de 97 delitos ante los Tribunales Federales norteamericanos; y esto ocurre cuando más de 80% de los votantes republicanos consideran que esas acusaciones son deliberadamente fraguadas.
La tremenda polarización y enfrentamiento interno de la sociedad norteamericana torna cada vez más disfuncional y fragmentado a su sistema político como lo acaba de demostrar la asombrosa remoción anticipada por obra de un grupo de representantes republicanos del presidente de ese signo de la Cámara Baja, Kevin McCarthy.
El problema central de EE.UU. es de carácter político, con signos incluso de vacío de poder en Washington por la tremenda debilidad del presidente Joe Biden; y esto sucede al mismo tiempo que la superpotencia norteamericana lidera laCRI a través de un despliegue extraordinario de la Inteligencia artificial.