El paro nacional de los trabajadores de la industria aceitera de Argentina entró en su cuarto día. La medida de fuerza con cese total de actividades es en protesta por el impuesto a las Ganancias (buscan que las empresas los compensen) y en rechazo al aumento salarial propuesto por el sector.
Desde las compañías indicaron que el sindicato no responde a su convocatoria a retomar las conversaciones. «La industria aceitera lamenta profundamente la falta de diálogo y voluntad real de llegar a un acuerdo. Es menester levantar la medida de fuerza para retornar a la mesa de negociación«, indicó Ciara, la cámara que nuclea al sector, en un comunicado.
El gremio recibió un aumento de salarios del 77% hasta la fecha y un ofrecimiento de un 12% más en julio y un 5% posteriormente, para llegar al 94% en septiembre en la mesa paritaria que se estaba desarrollando y que los trabajadores abandonaron sorpresivamente el martes. El gremio pide un incremento del 25%.
Según informó la agroexportación, actualmente, más del 60% de los trabajadores percibe ingresos mensuales superiores a los 2,8 millones de pesos.
Desde las empresas de la agroexportación sostienen que este paro nacional «no tiene fundamento gremial», dada la magnitud de los incrementos salariales ofrecidos. Y remarcaron que se trató de un gran esfuerzo, ya que «la industria aceitera tuvo en 2023 el peor año de su historia sin resignar ni un solo puesto de trabajo».
Como consecuencia de la huelga, en las adyacencias de los puertos del Gran Rosario, una larga fila de miles de camiones que se extiende más y más cada día, paralizando no solo las actividades en las 14 plantas procesadoras de granos del Gran Rosario sino también las tareas de los transportistas que deben descargar la mercadería en las terminales y los despachos hacia el exterior del sector que más divisas genera al país.
Según CIARA, la falta de diálogo hace que se le sigan «descontando ingresos a miles de trabajadores aceiteros que se sorprenderán al ver menguados sus ingresos a fin de este mes».
«A los transportistas les decimos lo mismo, y es que hay un solo responsable para los males que sufrirán sus familias este mes: los líderes sindicales, que tomaron medidas de fuerza intempestivas, sabiendo que nadie podía evitar que colapsen las rutas y las terminales. El daño económico a miles de transportistas y vecinos es absolutamente mayor a cualquier pretensión salarial real«, agregaron.
Por el paro hay 10.000 camiones varados y 20 barcos esperando. Algunos calculan que las pérdidas podrían llegar a US$ 10 millones por día.
NE