Una de las reivindicaciones de los últimos años del sector agrario cordobés, y especialmente el dedicado a la producción de cultivos leñosos (olivar y cítricos, sobre todo) es la de poder contar con recursos para almacenar agua con la regar sus explotaciones en épocas de sequía. Ante las limitaciones en las dotaciones para el riego de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), han proliferado las peticiones de concesión de aprovechamiento de las aguas regeneradas o la creación de balsas de riego.
En estos momentos, la provincia de Córdoba tiene concedidos por la CHG un total de siete proyectos para el aprovechamiento de las aguas regeneradas, que suman en total 3,7 millones de metros cúbicos (3,7 hectómetros) al año. La totalidad de estas concesiones, según ha informado a este periódico la Confederación, tienen como finalidad el riego el olivar.
De Puente Genil a Carcabuey
De todas estas concesiones, la que mayor envergadura tiene es la que se ha otorgado a la comunidad de regantes de Miragenil, en Puente Genil, con 923.552 metros cúbicos aprobados. Por volumen, ocupa el segundo lugar la otorgada a la Comunidad de Regantes de Cabra, que podrá utilizar 743.640 metros cúbicos. Un volumen muy cercano a éste es el que disfrutará la comunidad de Priego de Córdoba, con 726.660 metros cúbicos. En el caso de la comunidad de Bujalance y Cañete de las Torres, la concesión asciende a 588.000 metros y la de Baena, 467.370. Las otras dos autorizaciones corresponden a Lucena, con 158.364 metros cúbicos y Carcabuey, con 155.748 metros cúbicos.
Desde la CHG indican que estas concesiones «son las resoluciones favorables correspondientes a los 20 hectómetros cúbicos previstos para toda la cuenca del Guadalquivir para el periodo comprendido entre el año 2016 y 2021». Es decir, son las más recientes. Junto a estas, existe un segundo bloque de peticiones que están en trámite y cuyo volumen de agua previsto ascenderá a 1,2 hectómetros cúbicos de agua. Con anterioridad, ya se había aprobado otro bloque cuya capacidad era de 1,8 hectómetros cúbicos de agua regenerada.
Aunque actualmente se está a la espera de la aprobación de un nuevo real decreto específico sobre reutilización de aguas, la normativa en esta materia ha venido evolucionando en lo últimos años, sobre todo para dar respuesta a las necesidades surgidas con los últimos años de sequía. En estos momentos, para tales concesiones hay que adaptarse a lo que marca la normativa europea, y es que para su reutilización el agua debe reunir unos requisitos mínimos de calidad y se especifica que los permisos para su uso agrícola deben ser otorgados por el Organismo de Cuenca, «previo informe preceptivo y vinculante de las autoridades sanitarias».
Existe la posibilidad de que el agua regenerada que se pretende utilizar sea destinada para otros usos, como puede ser el de riego de jardines y baldeo de calles por parte de los Ayuntamientos, para lo que también es preceptivo el correspondiente informe de las autoridades sanitarias.
El Ayuntamiento de Córdoba aspira a poder regar todas las zonas verdes
También el Ayuntamiento de Córdoba tiene previstos algunos proyectos relacionados con el uso de aguas regeneradas, por medio de Emacsa.
Así, desde la empresa municipal han informado a este periódico de que el proyecto de regeneración de aguas es un objetivo municipal, que se engloba en una estrategia autonómica amparada por la Junta de Andalucía.
En concreto, desde el Ayuntamiento de la capital se ha solicitado a la CHG el uso de tres hectómetros cúbicos del agua que se depura en la EDAR de la ciudad. La empresa municipal recuerda que cada año se vierten al río 27 hectómetros cúbicos, aproximadamente, de aguas regeneradas. El destino que se pretende dar a esos tres hectómetros cúbicos de aguas regeneradas sería el de los riegos.
Aclaran desde Emacsa que el agua regenerada que se usa para el riego está sometida a un tratamiento posterior al que recibe en la EDAR. Así que, de serle concedido dicho uso, habrá que desarrollar la infraestructura necesaria para dar ese último paso del ciclo. Desde Emacsa informan de que el proceso para desarrollar dichos proyectos ya está en marcha .
Las mismas fuentes señalan que ese proyecto de los 3 hectómetros cúbicos formaría parte del otro plan más ambicioso, el de Córdoba Verde, porque con ellos se podrían regar todas las zonas verdes de la ciudad y «todas las que están por venir», que son las 136 hectáreas nuevas de zonas verdes con las que se pretende dotar a la ciudad, que opta a ser en el año 2016 Ciudad Europea Verde.
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