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Copina renace

#PhoTortul 3180

“Copina renace”

Altas Cumbres – #Córdoba

Febrero de 2024

No somos pocos los ‘carlospazonzos’ que tenemos una ligazón intensa con este enclave perdido entre las breñas, en el extremo sur de la punilla cordobesa llamado Copina.

Podría abundar en aventuras, correrías, travesuras y trapisonadas ochentosas con mi pandilla en mi cochina juventud, en ese pueblito, por esos años totalmente abandonado de la mano de Dios… y del hombre. No creo equivocarme si digo que en determinado momento, ya casi nadie moraba allí. Era un pueblo fantasma, como los que abandonó el ferrocarril en tantos lados.

De los tiempos de coberturas de Rally también hay mucho para contar. Si escuchabas ‘El Condor-Copina’ en ‘cordoobé’ básico significaba bajar… ya oir ‘Copina-El Condor’ era trepar. ¿A que si?!?

Me consta de muchas familias que llevaron allí, cenizas sagradas. La adorable Seño Rosita Oller por caso.

Pero olvidemos todo eso de una vez… y vamos al presente.

Dos hosterias, paradores o albergues… le están dando vida a este caserío que está a metros del primero de los 5 míticos ‘Puentes Colgantes’. Allí veo un cartel de una de las posadas que reza orgulloso ‘desde 1936’. Imaginen ese año, ese invierno, en este sitio. Imposible no parar a repararse para la trepada violenta que se viene hacia la Pampa de Achala.

Paquito Teruel, en los inicios de EncuentroS, allá por 1991, supo contarnos como era de cruda la vida cotidiana en ese parador.

Hoy, si estas atento a la cartelera cultural, hasta podes ir a un recital del Maestro Horacio Burgos y Guillo Gagliardi que cada tanto dan por allí, un concierto íntimo de guitarras en la montaña. También imaginen eso… y pernoctar allí, con alta gastronomía de excelencia.

La última sorpresa la tuve observando una colina prolijamente cultivada con vides y con un moderno pero simple sistema de riego. Son esas ocasiones en las que siento un profundo deseo de que, al desconocido emprendedor, le vaya #Deputamadres. Ya que estoy en imaginar… siento claramente el eco de un descorche (¿Será Malbec, será Sirah?) devuelto por las silenciosas montañas de piedra.

Piedra y camino, diría el gaucho más famoso. Aquí están ambos en total armonía.

Para el final dejo ‘El Monolito’, que es de piedra y habla de un camino.

Intacto, algo inclinadito, con su leyenda del año 1915 y la altura sobre el mar: 1448… también las distancias a Córdoba y a Mina Clavero. ¿Y Carlitos Paz?!? Estaba en pañales de estancia aún.

Este totem cordobés, que zafó de los saqueadores, es mudo testigo del paso de tropas, de jinetes, de mulas, también de aquellos legendarios Ford T, del Audi Quatro de un tal Stig, del Lancia Delta de Miki Biassión, de una Toyota que decía Sainz-Moya… y ahora, en este 2024 duro (como zapato arriba del techo) de una Fiat Toro con santafecinos alegres y llenos de comida… de un Peugeot chetazo y muy bajito, con una parejita que se asusta y pega la vuelta al oir mi respuesta lapidaria: ‘vas a romper todo’… y también ve el tránsito lento de mi intrépida #RenoletaEternautica, bajando con mis hijos, con Babasónicos al mango.

¿Paramos en Copina?!?

Claro que si. Siempre hay que parar en un lugar así, aunque los recuerdos nos abrumen un poco.

Recordar es volver a vivir. Y en Copina volvió la Vida.

 

#Copina

#PueblosDeCordoba

#Montañas

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