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Competencia autoriza la compra de Vodafone España por Zegona

El fondo británico Zegona ha obtenido la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para comprar Vodafone España por 5.000 millones de euros. El fondo debe tener también el beneplácito del Consejo de Ministros, en virtud del régimen sobre inversiones extranjeras del Ejecutivo. El objetivo de la compañía es cerrar la operación en el primer trimestre de este año.

La autorización a la operación por parte de la autoridad de competencia española era casi un mero trámite, ya que como explica en un comunicado las actividades de las dos empresas «no se solapan ni horizontal ni verticalmente en España, ya que Zegona no está actualmente presente en el mercado español». Por ello, la operación de concentración «no modifica significativamente la estructura de los mercados afectados, produciéndose solamente un cambio en la titularidad del control de Vodafone en España». De esta forma, Zegona obtiene la autorización en primera fase sin condiciones.

Zegona prevé mantener la marca Vodafone y su objetivo es devolver a la compañía a su senda de crecimiento «simplificando el negocio» para «reducir la complejidad e impulsar la productividad» y «estabilizando» los ingresos. El fondo británico es un viejo conocido en España, adquirió en 2015 la operadora de cable asturiana Telecable por 640 millones de euros, compañía que posteriormente compraría Euskaltel en 2017 por 686 millones de euros.

En Euskaltel, llegó a alcanzar una participación del 21,4%, convirtiéndose en el mayor accionista de una compañía de la que dejó de formar parte tras la compra por parte de MásMóvil en 2021. Ese es el ‘modus operandi’ de Zegona: adquirir negocios en el sector de telecomunicaciones, medios y tecnología con el objetivo de «comprar, reparar y vender» para ofrecer «retornos atractivos a los accionistas», según relata el propio fondo británico en su página web.

Por su parte, la enorme presión competitiva del mercado de las telecomunicaciones en España llevó a Vodafone a perder muchos clientes en favor de los operadores de bajo coste. La filial española registros unos ingresos por servicios (los directamente relacionados con los servicios de telecomunicaciones y que miden mejor la evolución del negocio) de 3.514 millones en su año fiscal, un 5,4% menos que en el ejercicio anterior. Esto llevó a la compañía a considerar su venta.

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