Es imposible captar la mirada de Carlos Alcaraz. Sus ojos no paran de irse a un objeto dorado que domina la sala. Es la copa de campeón de Wimbledon, el título más grande y ganado ante el más grande. Alcaraz recibe a EFE en su casa, una de las tantas que se alquila en estas fechas en las cercanías del All England Club. En la entrada está aún el traje de la fiesta del día anterior, un ramo de flores de un patrocinador, un raquetero y una carta de un joven vecino. “Espero poder verte algunos de estos días por el barrio, pero seguro que estás ocupado ganándole a Djokovic y ganando el torneo”, dice el niño en la carta.
El murciano está asimilando lo que ocurrió. Su victoria ante Djokovic, el título de Wimbledon, las emociones de su familia… Y habla sobre lo que le espera en el futuro, lo que lo hará feliz y su lugar en este deporte de locos que es el tenis.
-¿Qué diferencia ha sentido de ganar el US Open a ganar Wimbledon?
-Es un poquito más especial ganar Wimbledon y por la manera en la que lo he hecho: ganándole a Djokovic, que estaba imbatido durante diez años en la cancha central de la Catedral del tenis. Ser parte de la historia de este torneo lo hace un poquito más especial.
-¿Siente que comenzó una nueva era en este deporte?
-No lo siento así, la verdad. Yo creo que mientras estén Rafa (Nadal) y Djokovic peleando grandes cosas en el circuito, mientras sigan jugando, no va a haber un cambio generacional, no va a haber una nueva era. Ese debate lo hablaremos dentro de unos años; ahora no es el momento.
-A nivel personal, no creo que cambie. Según vayan pasando los años uno va madurando, va creciendo, se va dando cuenta de las cosas, de lo importante, y va mejorando en ese aspecto, pero de lo que es de personalidad, de ser la persona que soy, no creo que cambie. Soy un chico muy cercano, muy agradable, muy feliz y creo que eso no va a cambiar.
-En el discurso de la cena de campeones, dijo: “Ahora me voy a Murcia y vuelvo a ser una persona normal”. ¿Es posible, siendo Carlos Alcaraz, ser una persona normal?
-Sí, claro. Soy una persona muy sencilla. Simplemente busco estar tranquilo en casa, con mi familia, ir con mis amigos e incluso ir al parque. Con eso basta para volver a sentirse una persona normal de 20 años.
-También dijo que era el momento más feliz de su vida, pero que había que esperar a ver qué pasaba en los próximos años. ¿Qué puede pasar para que sea más feliz que esto?
-Que mire el palmarés y lleve cinco Wimbledon, cuatro US Open, tres Roland Garros, cuatro Australian Open… Yo creo que más feliz que eso no podría hacerme. Que en cinco años tenga más Grand Slams en la vitrina, más títulos, más semanas como número uno y que siga viviendo momentos como éste.
-El primero siempre sabe especial, porque al final es como que ya lo he conseguido. Ahora queremos más y tener esta sensación más a menudo. Ir teniendo más en la vitrina siempre es bueno.
-Djokovic dice que usted es una mezcla de los tres tenistas que han dominado el circuito en los últimos años. ¿Qué le falta a ese juego? ¿Qué puede mejorar?
-Me faltan pulir muchísimas cosas. Al igual que Djokovic cuando empezó su carrera y ya había ganado cuatro o cinco Grand Slams, igual que Rafa o Federer. Tenían un estilo y lo han ido mejorando. Nunca eres perfecto, nunca llegas a tu 100 %. Siempre surgen nuevas cosas que tienes que ir mejorando, adaptando a las circunstancias del momento. Yo considero que todo lo que hago lo puedo hacer mejor.
-¿Va a cambiar la foto con Federer que tiene en su habitación por alguna de las del domingo?
-Cambiarla no, pero ponerla al lado puede ser. Cambiar esa foto con Roger… Es un recuerdo superespecial que voy a tener durante muchísimo tiempo, por no decir durante el resto de mi vida.
-¿Qué se le pasó por la cabeza en esa última derecha que a Djokovic se le fue a la red?
-Sinceramente, fue un momento de shock. Mi mente se puso en blanco, simplemente actuó. Me salió tirarme al suelo. Lo que mi cabeza pensó es en querer abrazar a mi equipo.
-¿Cómo de necesario es que para que usted crezca y gane mucho más haya un gran rival? Un Nadal para Federer, un Djokovic para Nadal…
-Súper importante. Tener a alguien con el que luches, con el que tengas esa batalla, esa rivalidad bonita, es importante para mantener la motivación durante tanto tiempo. Ahora mismo creo que lo tengo y no tengo miedo a decirlo: para mí es Sinner. Esa rivalidad bonita que tenemos, esos partidos grandes que hemos jugado en grandes escenarios. Conforme pasen los años, va a haber mejores y vamos a pelear por los grandes títulos.
Por Manuel Sánchez Gómez, de la agencia EFE.