A 30 días de las elecciones generales, la cautela reina en los pronósticos de la gran mayoría de los economistas de la City. Con los ojos de todo el país puestos en el resultado, a esta altura aún incierto, de los comicios del domingo 22 las proyecciones para el último mes antes de las urnas son de mayor tensión cambiaria, más inflación y extremada volatilidad.
Luego de la devaluación post PASO, la aceleración inflacionaria tomó impulso. En la City creen que el Gobierno llegará a las elecciones luego de que el INDEC anuncie un IPC de septiembre que esté en línea con lo que se vio en agosto. «La inflación de septiembre estará en niveles de 12% o 12,5%, y el aumento de los precios puede gatillar una presión inflacionaria mayor», dijo el economista de Analytica, Ricardo Delgado.
Sergio Massa aseguró su intención de dejar el tipo de cambio oficial quieto en los $350 hasta mediados de octubre, pero el salto del resto de los precios de la economía más la tradicional tendencia de búsqueda de cobertura preelectoral pueden aumentar las presiones. «Todos los ojos del mercado van a a estar en alerta a posibles turbulencias en el mercado cambiario, algo que ya se ve en los últimos treinta días pero que puede profundizarse con la cercanía de los comicios», dijo Delgado.
Con el dólar oficial quieto, en el mercado paralelo se ve una peculiaridad: los dólares financieros y el informal caen este mes respecto a su cierre de agosto o suben muy por debajo del resto de los precios. Esto ocurre gracias a una fuerte intervención oficial en el mercado de bonos, para arbitrar los precios tanto del dólar MEP y del contado con liquidación. Delgado no descartó que alguna noticia política pueda avivar la demanda dolarizadora. «El Gobierno ya dio la señal de que está quemando las naves», afirmó el economista.
Las reservas, que este jueves se encuentran en los US$ 27.300 millones, podrían incluso tocar un nivel más bajo dado que, pese a que el Banco Central compra dólares por el programa «dólar soja 4», no consigue apuntalarlas ya que utiliza ese remanente en la intervención del dólar financiero.
En la calle, se va a ver, aunque de forma marginal el efecto del «Plan Platitia» que reeditó recientemente Sergio Massa. Delgado estimó que las medidas de eliminación del Impuesto a las Ganancias, devolución del IVA y alivio fiscal para monotributistas y autónomos significarán un aumento del gasto en un punto del PBI y que tendrán efectos nulos en el nivel de consumo, aunque esos pesos extra, sobre todo en los bolsillos de los segmentos más altos, pueden aumentar más la presión contra el dólar.
El economista de Econviews, Andrés Boresntein, minimizó el impacto de las últimas medidas anunciadas por Massa y afirmó: «El panorama luce complejo pero a su vez aparece bastante definido: vamos a llegar con una inflación aún en los dos dígitos y con una economía floja. No habrá recuperación del consumo e incluso ya se ven faltantes de productos o fábricas trabajando a media máquina».
Las dudas del mercado están puestas en lo que pasará, sobre todo, a partir del 23 de octubre. La política mandará por encima de las variables financieras y económicas y en la City ven desde escenarios de transición ordenada hasta de caos, según como sean los resultados de la primera vuelta.
SN