El valor de la soja, para los productores argentinos, ha recibido una doble presión en los últimos meses que deriva en un poder de compra reducido a la mitad, y en algunos rubros a un tercio, respecto a los precios de otros productos.
Es un fenómeno estrictamente nacional, porque basta cruzar cualquier frontera y no se cobran retenciones ni hay brecha cambiaria. Con todo, es notable la comparación entre noviembre de 2023, por ejemplo, en relación a la actualidad.
Para comprar un tractor, 160 HP a un valor de US$190.000, como el dólar oficial estaba a $320 se requerían $60.800.000. Ahora está prácticamente al mismo precio en dólares, con similar tarifa pero con más bonificaciones, pero como el tipo de cambio oficial (Banco Nación) está en $941 hay que dejar $178.790.000. En soja, la cantidad de toneladas necesarias eran 213 toneladas en noviembre y ahora son 627.
En el caso de adquirir una camioneta 4×4 doble cabina TDI, en noviembre pasado se pedían $21.367.000 y ahora $42.397.000. A valores de la oleaginosa, pasó de 75 a 149 toneladas de soja.
Los insumos también muestran un salto importante. Un litro de gasoil, a $306 en noviembre, requería 1,07 kilos de soja y ahora, con el combustible diesel a $1008, la cantidad de kilos de soja necesarios son 3,54.
Un escenario parecido se experimenta con el poder de compra respecto del glifosato, el fitosanitario más utilizado en el campo, para el control de malezas. Si bien el litro del herbicida bajó de precio en dólares, de US$ 7 a US$ 4,9, al tipo de cambio oficial daba $2.240 en noviembre y ahora $4517. Eso implica un pasaje del poder de compra de la soja prácticamente a la mitad: de 7,9 a 15,9 kilos.
Barcos con soja en el Paraná, donde se encuentra el mayor polo aceitero del mundo hoy con alta capacidad ociosa.En los dos momentos tomados como referencia, noviembre del año pasado y este agosto, la pizarra de cotización de la oleaginosa muestra números parecidos: en torno a $290.000.
La suba de costos, en pesos, de todas las variables de la economía argentina, redunda en este contraste. Pero el telón de fondo es la fuerte baja de la cotización internacional, en el mercado de Chicago.
El escenario actual se encuentra en las antípodas de lo experimentado durante los últimos tres años, con precios promedios que superaban los US$ 500/t.
En las últimas ruedas, la soja alcanzó en Chicago mínimos nominales desde septiembre del 2020 siendo que, en dólares constantes, el poder de compra de una tonelada de soja en Chicago no había sido tan bajo desde octubre del 2006, según destacó la Bolsa de Comercio de Rosario.
A menos de un mes para dar comienzo oficial a la campaña comercial de soja sobre suelo norteamericano, el informe mensual de oferta y demanda de parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) resultó lapidario para las cotizaciones de la oleaginosa.
Las nuevas revisiones sobre las proyecciones para la campaña venidera tomaron de sorpresa al mercado, que en la previa no esperaba stocks finales tan holgados como los anunciados por el organismo. La campaña global 2024/25 tendría una producción récord, que ahora se estima en 428,7 Mt, y la relación stock/consumo más importante del siglo, reafirmando las apuestas del mercado que descuentan en precios una abundante cantidad de suministros disponibles.
A lo antedicho, se le suma la debilidad de la harina y el aceite de soja, cuyos precios cayeron 2% y 14% mes a mes ejerciendo aún más presión sobre las cotizaciones del poroto.
Estas últimas dos semanas han resultado decisivas para el mercado interno por soja. Con un cambio de 180° respecto al escenario vigente el año pasado, las cotizaciones locales se resienten fuertemente junto con la dinámica internacional, en un contexto de mayor oferta argentina durante esta campaña 2023/24.
Así las fuertes caídas en las cotizaciones FOB puertos argentinos de poroto de soja y derivados han llevado a un resentimiento significativo en el margen exportador, operando con grandes pérdidas dada la dinámica comercial interna.
Los márgenes ampliamente negativos, a diferencia de lo que el mercado había experimentado durante abril y mayo, limitan el poder de compra de parte del sector exportador para ofrecer mejores condiciones comerciales sobre la plaza interna.
Así se consuma un hecho que viene atisbándose ya desde principios de año. A la dinámica de la inflación local, habría que sumarle el derrotero en las cotizaciones, siendo así que el poder de compra de una tonelada de soja en Argentina es el más bajo desde julio del 2019.