El Gobierno quiere acceder a un desembolso rápido del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 647,5 millones de dólares que le otorgue liquidez presupuestaria.
El dinero, que sería reasignado de partidas ya autorizadas para obras de infraestructura, se utilizaría en gran parte para la emergencia ferroviaria: reponer cables robados y mejorar el sistema de señales de los trenes, que habría fallado en la línea San Martín y sería la causa principal del choque del viernes pasado, que dejó más de 90 heridos.
También, dado que el Ministerio de Economía quiere un «Financiamiento Especial para el Desarrollo (SDL)» del organismo internacional, podría aplicar los fondos para «hacer frente a los efectos de una crisis macroeconómica en el progreso económico y social de un país» y volcarlos a programas sociales que ayuden a combatir la pobreza. Si se usara de esa manera, el dinero sería computado como gasto corriente, en lugar de gasto de capital, algo sobre lo que los economistas ponen especialmente atención.
Los créditos habilitados previamente son uno de US$ 400 millones para la mejora integral del Ferrocarril San Martín ramal Retiro-Pilar (BID 4265/OC-AR); la reformulación de un saldo de US$ 80 millones del Programa Federal de Infraestructura Regional de Transporte (4841/OC-AR); otros US$ 80 millones que iban para el Fortalecimiento de los Servicios de Sanidad Agropecuaria (5660/OC-AR); US$ 56 millones que iban para la Transformación Digital de las PyMEs (5570/OC-AR); y US$ 31,5 millones para Turismo de Naturaleza “La Ruta Natural» (5521/OC-AR).
Para usar los fondos del BID (aprobados, pero sin ejecución efectiva), el subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales, Matías Maná, envió el domingo una nota interna a los representantes del organismo, a la que tuvo acceso Clarín.
Según fuentes oficiales, «la reasignación solicitada es función de la reprogramación de proyectos para el 2024 que se realiza todos los años». «Se dan de baja proyectos que no han sido ejecutados por obras que no arrancaron, algunas de hace más de 3 años, otros con problemas en las licitaciones y entonces se reasignan esos fondos para acceder a líneas de desembolso rápido para atender proyectos específicos con mayor agilidad«, describieron.
Con la operación de Financiamiento Especial para el Desarrollo (SDL) que el gobierno argentino está tramitando, «se aprovecharán los fondos aprobados oportunamente por el BID, que de otra manera no hubieran podido ejecutarse dada la finalización del plazo de ejecución», sostienen en los despachos oficiales.
Allí amplían que el préstamo para la electrificación del ferrocarril General San Martin ramal Retiro-Pilar se firmó en agosto de 2017 por 400 millones de dólares (y US$ 122 millones tendría que poner la Argentina) pero «nunca logró ejecutarse». «Luego de ser prorrogado, su plazo de ejecución finalizaba en febrero de 2024, momento en el cual se empezó a trabajar en la reformulación, para no perder el financiamiento del BID para el país», dicen.
«El primer llamado a licitación fue publicado en junio de 2017, y contemplaba una obra integral de electrificación y señalamiento. Se presentaron 5 firmas, pero no se adjudicó la obra porque el proceso fue anulado. En octubre de 2022 se volvió a iniciar un proceso de licitación, esta vez solo por las obras de señalamiento y renovación de vías (sin contemplar electrificación). Hubo una única oferta, pero no se adjudicó la obra», recuerdan.
Algunas de las mejoras previstas en ese crédito son: la mejora de 88 a 68 minutos en el tiempo de viaje entre las cabeceras Retiro y Pilar; un cumplimiento de la programación del 95,7% al 98%; una mayor puntualidad, del 85,3% al 95%; y una reducción del tiempo de viaje acumulado anual por usuarios de bajos ingresos desde las 11.149 horas hasta 8.032, lo que redundaría en una mejor calidad de vida y más tiempo disponible para otras tareas.