En el tramo final de la elección presidencial, los ojos de los economistas están puestos en lo que ocurrirá a partir del próximo miércoles. El 15 de noviembre Sergio Massa dijo que sacará del freezer al dólar oficial, que está fijo en $ 350 desde el 14 de agosto, y el ritmo que adquirirá la devaluación a partir de ahí definirá en buena parte lo que ocurra con la economía.
El ministro candidato dio algunas precisiones sobre la dinámica cambiaria de cara a las próximas semanas. Aseguró que el miércoles 15 de noviembre vuelve el crawling peg -las microdevaluaciones diarias- y que ese día el dólar oficial subirá $ 3,5. «Lo que no dejó muy en claro Massa fue qué sucederá después», indican desde GMA Capital.
«Hace algunas semanas Gabriel Rubinstein (viceministro de Economía) había señalado que a partir de esa fecha se retomaría el crawl a un ritmo mensual de 3% (lo que es muy distinto a decir que el dólar oficial suba $ 3 por día)», señalan.
GMA precisa que desde la devaluación del 14 de agosto, como resultado de la inflación creciente y el dólar pisado, el tipo de cambio se apreció 38%. A su vez, el dólar ajustado por inflación hoy es 13,7% más bajo que el vigente en la previa a las PASO.
En suma, «el dólar se encuentra en su nivel más bajo desde 2017, y de mantenerse esta dinámica, pronto estaría cerca de alcanzar el nivel que dejó el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Un tipo de cambio equivalente a precios de hoy de $ 307″.
Qué pasará después del 15 de noviembre
«Probablemente, el dólar oficial se mueva por debajo de la inflación. No veo al Gobierno devaluando sin un plan detrás como devaluaron post PASO porque eso generó mucha más inflación, llevó la brecha cambiaria incluso a niveles más altos y no corrigió ningún desequilibrio de fondo», señala Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria. «Si mensualizamos los 3 pesos de los que habló Massa eso da un 30% mensual y eso no va a suceder«.
Para Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, «no va a pasar nada significativo hasta el balotaje con el dólar oficial, más allá de que el Gobierno anunció que va a moverlo un poquito. Después del balotaje, si pierde Massa no creo que le haga el trabajo sucio a Milei para dejarle un tipo de cambio competitivo y que el impacto lo pague este Gobierno Si gana Massa podría empezar a acelerar un poquito más rápido el crawling peg, pero también podría dejar la corrección más fuerte del tipo de cambio oficial para después de las Fiestas, en diciembre».
Gravina considera que los tipos de cambio diferenciados que ya rigen de facto le otorgan a Massa un margen mayor. «Al tener un dólar exportador que está 30 o 40% arriba del oficial, ahí no tiene una urgencia, porque ese tipo de cambio exportador es competitivo hoy. Y las importaciones pagan un recargo sobre el dólar del 15% del impuesto PAIS. Ahí hay algo de atraso cambiario, pero a la vez están muy reguladas, con muchas restricciones».
Para Fernando Marull, director de FMyA, el ritmo de la devaluación lo va a dar la medición semanal de inflación que está haciendo el ministerio de Economía. «Para mí ajustan el dólar algo por debajo de esa inflación. Esta fórmula sería más razonable y noviembre terminaría con un dólar en $ 370«.
«No sé si el 15 o el 21 de noviembre va a ser el famoso crawling peg, pero no creo que después de las elecciones si gana Massa haya una devaluación muy grande porque ya vio que devaluar sin plan es un desastre. Va a tener que armar un plan creíble y para eso va a tener que designar un ministro creíble y tener reuniones en Washington para mostrar que tiene negociaciones encaminadas, aunque no tenga un acuerdo con el FMI», apunta Andrés Borenstein, de Econviews.
«La devaluación que todos esperamos no se va a dar muy cerquita de las elecciones, sino después de que asuma el nuevo gobierno. Tampoco puede demorarse mucho porque el tipo de cambio está recontra atrasado, faltan insumos de toda índole y las reservas son negativas», resume Borenstein.
Para Consultatio hay cuatro escenarios posibles para el tipo de cambio oficial. El primero es un esquema «para adelante que profundiza y generaliza el desdoblamiento que hoy rige de facto, incorporando un nuevo tipo de cambio para importaciones y otro para los contratos que hoy están regidos por la «A3500″ (deuda dollar linked, futuros), es decir, lo que hoy Ilamamos tipo de cambio oficial».
La segunda alternativa es un esquema «hacia atrás»: apunta a simplificar la multiplicidad de tipos de cambio y acotarlo solo a dos (oficial y contado con liqui), «lo que implicaría un salto discreto importante para el actual tipo de cambio oficial de forma tal que pueda empezar a bajar la brecha».
Para Consultatio, «estas dos alternativas -más afines, en principio, a Massa- son consistentes también con una salida lenta del cepo«.
En cambio las otras dos opciones (unificación cambiaria relativamente rápida o dolarización) «son más asimilables a Milei».