Selección argentina: a 40 años de la gira por Asia que abrió la puerta a la pasión por la Scaloneta

El equipo de Carlos Bilardo jugó en 1984 un torneo en la India. En ese momento nació el amor que se consolidó en el Mundial de México dos años después, con los goles de Diego Maradona a Inglaterra.

12 de enero 2024, 06:02hs

Hace poco más de un año, durante el Mundial de Qatar, la Selección argentina redescubrió el amor que le tienen en la India y en Bangladesh. Un amor tan fuerte como para juntarse de a miles a ver los partidos, vivir la pasión por la Scaloneta como si fuesen argentinos y celebrar cada victoria y, por supuesto, el título del mundo, como si hubiesen nacido en nuestro país.

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Pero no, son asiáticos y hay que ir 40 años para atrás para comprender un poco mejor de qué se trata semejante muestra de cariño y pasión. Porque el origen de esta locura por Argentina en la India y en Bangladesh se remonta a la gira por Asia que hizo el seleccionado nacional en 1984, cuando el entrenador era Carlos Bilardo.

Invitada a jugar la Copa Nehru, en enero de 1984, la Selección albiceleste fue a la ciudad india de Calcuta en busca de un mayor roce internacional. Aún faltaba más de un año para jugar las Eliminatorias de México 86 pero Bilardo tenía muchas cosas en su cabeza que quería ir probando contra otros seleccionados.

Entre esquemas y jugadores, el director técnico de la Selección argentina buscó con esta gira internacional profundizar lo que venía practicando desde hacía 11 meses, después de haber asumido el cargo en febrero de 1983. A la India, el equipo llegaba con ocho amistosos disputados y la certeza de que algunos jugadores que se perfilaban ya como definitivos en el esquema del técnico.

Por entonces jugar en Europa estaba destinado para un selecto grupo de futbolistas que todavía Bilardo no metía entre sus cartas. Uno de ellos había sido el elegido para ser capitán y líder de su ciclo: Diego Armando Maradona. Pero también estaban Daniel Passarella y Jorge Valdano, por ejemplo. Sin embargo, el DT apostaba a la industria nacional. Y los mejores de aquella época no jugaban en River ni en Boca, sino en Independiente, Estudiantes y Ferro.

La base del seleccionado de entonces estaba compuesta por Jorge Burruchaga, Ricardo Giusti, Oscar Garré, Nery Pumpido y Néstor Clausen (todos finalmente jugaron el Mundial de México 86), y otros que quedaron en el camino, pero eran futbolistas de enorme trascendencia, como Jorge Rinaldi, Rubén Insúa, Alberto Márcico, Ricardo Gareca y José Daniel Ponce.

En la India, tras la muerte de Diego Maradona, unos chicos le hicieron un homenaje con un tiro libre.

Fueron cinco partidos jugados en la India en los que, más allá de los nombres propios y también de los resultados (tres triunfos, un empate y una derrota), el equipo cautivó a los locales.

India, el país más poblado del mundo con más de 1.400 millones de habitantes, fue colonia del Reino Unido hasta mediados del siglo pasado. En 1947, gracias al movimiento encabezado por Mahatma Gandhi, logró su independencia.

Y no es un dato menor a la hora de entender por qué tanta pasión por Argentina: cuando en México 86 la Selección y los dos goles de Maradona eliminaron a Inglaterra, para el país fue el triunfo de los pobres contra los ricos. En cierto modo, como ocurrió en Italia con la disputa Norte vs. Sur, la presencia de Diego y aquel logro representaron la reivindicación de los que menos tenían contra los poderosos.

India y Bangladesh, a los pies de la Scaloneta

En India y Bangladesh lamentaron la derrota contra Arabia Saudita en el debut de la Selección de Scaloni en el Mundial de Qatar como si fuesen argentinos y disfrutaron cada uno de los otros seis partidos con la misma intensidad. Después de cada victoria, las calles se llenaban de gente que salía a festejar el triunfo de la Argentina.

Uno de los puntos más llamativos de la celebración popular fue en la ciudad de Kerala, en la India, donde se desviven por Messi y compañía. Allí, cuando se jugó el partido de octavos de final ante Australia, miles de personas se reunieron para ver en vivo y en directo cómo el equipo argentino avanzaba a los cuartos de final.

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Pero no fue una reunión común y corriente: la multitud se juntó a sufrir como si fuesen argentinos ¡a las 3 de la madrugada!, horario local en el que se disputó el encuentro. Y lo hicieron aprovechando la tecnología: armaron grupos de WhatsApp para coordinar las reuniones. Y para festejar, además, sacaron a pasear por las calles una gigantografía de Lionel Messi.