Nicolás Marín Benítez tiene 24 años y es de la localidad bonaerense de San Miguel. Trabaja como explorador de National Geographic y fue galardonado con el EPOTY. Busca, a través de sus fotos, llegar a la gente para concientizar sobre el cuidado del ambiente.
23 de noviembre 2023, 16:40hs
Como Lionel Messi, el mejor fotógrafo de naturaleza en el mundo es argentino. Se trata de Nicolás Marín Benítez, un joven de 24 años que fue galardonado por EPOTY (Enviromental Photographer of the Year), uno de los premios más grandes a nivel mundial de fotografía.
El anuncio se realizó este jueves y llegó hasta la CNN internacional y el Sky News Londres. Nico es un chico de la localidad bonaerense de San Miguel que cumplió el sueño de aquel nene de 7 años y hoy trabaja como explorador de National Geographic.
Leé también: El Messi del vino salió segundo entre los 100 mejores del mundo: “Hacer vino es poner paisaje en botella”
Es fotógrafo submarino y embajador de las Naciones Unidas Hoy, ganó el premio Epoty por la categoría Recuperando la Naturaleza con un trabajo denominado Corales de noche que fue tomada durante una inmersión nocturna en Aruba con una técnica de exposición prolongada y una fuente de luz ultravioleta. Sobre ello, explicó: “El coral enfrenta importantes desafíos debido al cambio climático, la contaminación y la degradación del hábitat”.
Este año, además, fue elegido como uno de los 100 jóvenes líderes del mundo, también en Panamá, en una de las conferencias más grandes por los océanos “Our Ocean” por expediciones a documentar el cambio climático al Polo Norte, Noruega, Islandia, Islas Galápagos, Aruba, Panamá, Londres, Fernando de Noronha y Baja California Sur.
“Estoy muy contento de que todo el mundo pueda ver y saber, porque la gente no cuida lo que no conoce”, dijo Nicolás en diálogo con TN.
El camino al gran sueño
Desde muy chico, Nico se dedicó al tenis pero al cumplir los 18 años sintió que no quería enfocar su vida en eso. “Había llegado el famoso ‘y ahora qué voy a hacer’ y me daba mucho miedo. Todos estaban encaminados y yo venía de jugar al tenis, pero al momento de decidir me di cuenta que a la cima, profesionalmente, eran pocos los que llegaban y ahí fue cuando sentí miedo de fracasar y dejé”, explicó.
Leé también: Cuidado del ambiente y millones de visitas al año: cuántos parques nacionales hay en el país y qué rol cumplen
Así fue como poco a poco fue abriéndole las puertas a otros desafíos y en el camino fue incursionando. “Empecé a hacer cursos de todo: marketing, cine, fotografía, y ahí me di cuenta de que la rutina no me gustaba”, contó. Sin esperarlo llegó hasta una agencia donde le enviaban propuestas de trabajo y de un momento al otro llegó una oferta laboral sobre fotografía marina y social media manager. “Más de 1200 personas mandaron su currículum, pero de esas seleccionaron a 3 y después quedó una sola. Bueno, ese fui yo”, contó entre risas.
“Yo nací en San Miguel, el mar más cercano me quedaba a 1500 kilómetros. De chico veía los documentales de National Geographic y no podía creer que toda esa gente estuviese documentando tiburones, ballenas, para mí era algo super lejano”, señaló.
Sin embargo, ese era solo el principio de la travesía. “Me mandaron a Cozumel y ahí empezó toda mi experiencia en el mundo del buceo. Me pagaron todos los cursos mientras yo hacía fotografía para ellos y de a poco empecé a usarlas para mis redes también”, destacó.
Así, Nico se fue introduciendo cada vez más en algo que terminó cambiándole la vida. Pero no fue solo eso, sino que también se preocupó por llevar un mensaje más allá de las fotos. “Empecé a preguntarles a los biólogos cómo hacer para que se entienda lo que estaba mostrando y que no solo sea una linda imagen. Quería mezclar la fotografía con la ciencia, entonces me mandaron los papers, pero si alguien no está interesado en el océano iba a decir que era aburrido. Fue ahí donde las redes fueron clave”, explicó.
A partir de ahí le dio un nuevo sentido a lo que estaba haciendo. “Empecé a mezclar el activismo para que la gente pueda formar parte de la solución al problema ambiental, con pequeños cambios de hábitos. Ahí la comunidad se empezó a agrandar drásticamente”, destacó.
Con el correr de los meses continuó su travesía por el mundo con su trabajo y en determinado momento llegó a Aruba donde llegó un llamado inesperado. “Me contactaron de National Geographic porque querían escuchar un proyecto de mí. Me dijeron que tenía perfil de explorador y ahí se empezó a cortar la matrix porque todo lo que parecía lejano se empezó a acercar”, sostuvo.
La convocatoria era amplia y la oferta muy reducida: de todos los proyectos que recibió el organismo, solo tenían lugar para 25 exploradores en todo el mundo. “Me dijeron que si en diciembre me llegaba el mail quedaba. Y llegó”.
“Yo venía haciendo mis expediciones a pulmón y desde ahí me empezaron a salir mas oportunidades, inclusive las Naciones Unidas me ofrecieron ser embajador y fui elegido como uno de los 100 jóvenes lideres en el mundo”, detalló.
Así siguió su rumbo. Hoy se encuentra dando la vuelta al mundo realizando el Proyecto Darwin 200, la ruta que hizo el científico, documentando diferentes especies.
Pero este jueves le puso un freno a su vida para recibir cientos de felicitaciones de todas partes del globo. “A mediados de año se abrieron las convocatorias de EPOTY, yo mandé la fotografía que había tomado en Aruba con una técnica similar que se utiliza con las estrellas, pero abajo del agua”, detalló.
“Cuando recibí la noticia no lo podía creer. Lo que más me gusta es mostrar un pedacito de océano para que la gente pueda conocer y así cuidar. Siento que ese Nico de 7 años saltó la pantalla y soy yo el que vive eso y lo muestra”, sumó.
Además, habló de como las redes sociales lo acercaron a más personas, pero sobre todo a los más chicos y habló del amor que recibe día a día en los mensajes que le dejan. “Cuando empecé no tenía una figura a seguir y que ahora los nenes me siguen a mí” concluyó.