Y un día, Sergio Massa respiró aliviado. Después de cinco jornadas consecutivas de ventas, ayer el Banco Central logró embolsar u$s75 millones para las reservas, lo que le permite disminuir el saldo negativo mensual.
La adquisición fue gracias a una liquidación de divisas por parte de Chevron, en el marco de un acuerdo entre la petrolera y el Gobierno por una inversión de u$s500 millones en la provincia de Neuquén. Para asegurar que esas divisas ingresen por el mercado oficial, Economía habilitó a la compañía a no cobrarle retenciones por una porción de sus exportaciones.
La llegada de dólares frescos, en medio de la dilatada y tensa negociación con el Fondo Monetario, descomprime -al menos en el día a día- la situación sofocante de las reservas del Banco Central.
Las principales consultoras económicas coinciden en el dato: al Banco Central ya no le quedan «dólares propios» en las reservas. Dicho de otro modo: las reservas netas quedaron en negativo. Las divisas con las que cuenta son «prestadas» o «alquiladas».
Para la consultora Eco Go, que dirige Marina Dal Poggetto, las reservas netas ya se encuentran negativas en unos u$s1.400 millones.
Ya sin el programa del «dólar soja» en funcionamiento, el BCRA vende divisas a diario para sostener el tipo de cambio, sin necesidad de un salto disruptivo. Es decir, la posibilidad de continuar ampliando aquel número negativo es prácticamente un hecho.
Las reservas, en terreno negativo y con una tendencia preocupante.
Evitar la devaluación, cuestión de Estado
La pregunta, en todo caso, refiere al momento en que el Banco Central podría quedarse sin ninguna chance de defender una paridad cambiaria que vaya en sintonía con la inflación, como lo viene haciendo. Una devaluación provocaría un salto inflacionario adicional y agravaría la incertidumbre sobre la marcha de la economía: nadie sabría, a priori, cuál podría ser el nuevo tipo de cambio de equilibrio.
Sergio Massa hizo de la oposición a una devaluación una bandera de su gestión. Se trata de una «cuestión de Estado». Focalizó su trabajo en el Palacio de Hacienda en conseguir divisas que impidieran el salto cambiario.
Más allá de las voluntades, lo concreto es que el Banco Central tiene una línea muy concreta para seguir interviniendo, a menos que aparezcan dólares de algún lado. El Fondo Monetario, está visto, se muestra reticente a soltar divisas sin que, antes el Gobierno acepte una devaluación. Justo lo que se quiere evitar.
Ahora bien: ¿cuántos dólares hay en el BCRA, ya no de su propiedad sino en condición de reservas «prestadas», por denominarlas de una manera simple?
En busca de dólares, Massa pasa la gorra
Está claro que el ministro de Economía seguirá negociando la liquidación de divisas mano a mano con distintos agentes económicos: en las últimas horas hubo dos anuncios de inversiones de terminales automotrices, Toyota y Ford.
De hecho, el BCRA logró embolsar u$s75 millones ayer mismo por el ingreso de parte de las inversiones comprometidas por Chevron, por un total de u$s500 millones. Ese anuncio se da en el marco de un acuerdo con el Gobierno para habilitar a la petrolera a concretar parte de sus exportaciones sin cobrarle retenciones.
Massa «pasa la gorra» en busca de dólares y explora nuevas posibilidades.
También se espera el ingreso de las licitaciones de Obligaciones Negociables de distintas empresas, que tienen acceso a los mercados internacionales.
Una es YPF, que lanzará un bono por u$s100 millones, y lo propio hará CGC con un título por u$s60 millones.
Reservas: la realidad del Banco Central
Sin divisas propias, el Gobierno viene apelando -en calidad de «préstamos»- a otras fuentes que forman parte de las reservas.
Pablo Goldín, economista jefe en la consultora MacroView, estima que el BCRA cuenta con unos u$s9.000 millones de reservas, sin contabilizar el oro ni los DEGs del Fondo Monetario ni los yuanes provenientes del swap con China.
Esos u$s9.000 millones serían los que el Banco Central viene utilizando para balancear el mercado cambiario, sin necesidad de un salto brusco de la paridad.
A grandes rasgos, de ese total -según Goldín-, unos u$s4.000 millones corresponden a encajes bancarios. Otros u$s2.000 millones de las reservas están constituidas en bonos del Tesoro estadounidense.
Evitar un salto del dólar, la obsesión del equipo económico.
Finalmente, alrededor de u$s3.000 millones corresponden a un swap entre la Argentina y el Banco de Basilea. A diferencia del swap de monedas con China, en donde hay un acuerdo para activar el equivalente a u$s10.000 millones para financiar importaciones desde China, con Basilea no hay un pacto vigente.
En un momento en donde el nivel de las reservas es crítico, el Gobierno quiere buscar la manera de activar ese swap.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, el Banco Central tomó un préstamo de unos u$s2.000 millones para fortalecer las reservas en medio de la corrida. Ahora, la administración de Alberto Fernández indaga la manera en utilizar una parte de lo que tiene en el BCRA.
«No es nada fácil de activar, pero se intentará», dijo un funcionario del equipo econòmico a iProfesional.
Todo sirve para abultar las reservas y evitar males mayores.