Será una ampliación del de Vaca Muerta, cuyo segundo tramo arranca desde Córdoba. Demandará US$ 700 millones.
A Bolivia se le está terminando el gas para exportar a Argentina. Y eso obligará al país a tener que abastecerse con gas propio, en especial en el centro y norte del país. El ducto que traía gas de Bolivia a Salta y después a otras provincias cambiará de dirección. El proceso se llama “reversal” y el Gobierno lo anunció el viernes.
La reversión consta de tres obras diferentes. Un gasoducto entre Tío Pujio-La Carlota (en Córdoba, cerca de Villa María) que demandará 122 kilómetros de caño. También contempla dos ampliaciones del gasoducto norte (son 62 kilómetros) y la reversión del sentido en cuatro plantas compresoras existentes: Ferreyra y Dean Funes (Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta).
La inversión para esta obra, que es la segunda parte del gasoducto que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires, demandará una inversión de US$ 710 millones. Según fuentes oficiales, hay un crédito de US$ 540 millones del Banco de Desarrollo para América latina y el Caribe (CAF).
La intención oficial es que este gasoducto se encuentre listo para el invierno próximo, de 2024. Según estimaciones del Gobierno, permitirá ahorrar cerca de US$ 2.000 millones. Es porque el gas proveniente de Vaca Muerta resulta más económico que el comprado a Bolivia.
“Permite llevar el gas de Vaca Muerta a las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, así como la conexión de hogares a las redes de gas natural y el desarrollo a escala de nuevas actividades industriales, especialmente la minería de litio”, informó Enarsa, la empresa estatal que tiene a cargo el proyecto.
Este gasoducto también abre las puertas de exportar hacia el norte de Chile, el centro de Brasil y Bolivia. Contribuirá a bajar el costo de generación eléctrica y del gas para las empresas ubicadas en el norte del país.
Enarsa ya se encargó de la construcción de la primera parte del gasoducto, entre Vaca Muerta y Buenos Aires. La obra costó US$ 2.700 millones. Agustín Gerez, titular de Enarsa, logró que las constructoras (entre ellas Techint y Sacde, que tuvieron la mayor parte) hicieran la obra en menos de 180 días.
«Esta primera etapa (desde mediados de 2023 hasta a fin de año va a permitir un ahorro de USD 1.700 millones. Y en 2024, que va a estar todo el año operativa, va a permitir un ahorro de USD 4.000 millones. El impacto es increíble», dijo la secretaria de Energía Flavia Royón.
De la inauguración participó la plana mayor del Gobierno: El presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía Sergio Massa.
Cristina pronunció el discurso más extenso y dispensó elogios al candidato Massa, que fueron retribuidos por él mismo hacia ella, y ninguneando al actual presidente, que estuvo sentado a su izquierda.