InicioSociedadBaños de bosque: el poder terapéutico de la naturaleza

Baños de bosque: el poder terapéutico de la naturaleza

El ritmo acelerado de la vida actual y la desconexión progresiva del ser humano con la naturaleza provocan problemas de salud a buena parte de la población. Como consecuencia de ello, se observa una creciente búsqueda de alternativas para recuperar el bienestar físico y mental.

La práctica conocida como ‘baños de bosque’ (‘Shinrin Yoku’ en japonés), que promueve la inmersión en entornos naturales, constituye una terapia eficaz para mejorar la salud física y mental, tal y como han ratificado múltiples estudios científicos. Además, los expertos subrayan que es «la terapia ideal para el otoño».

El concepto de ‘baño de bosque’ hunde sus raíces en la cultura japonesa, donde se ha practicado durante siglos se ha venerado a los árboles y los bosques como lugares sagrados. Pero no fue hasta los primeros años ochenta del siglo pasado cuando, como respuesta a los crecientes niveles de ansiedad y fatiga en la sociedad japonesa, esta práctica empezó a ganar popularidad a nivel global y a ser objeto de análisis científicos.

Todas las investigaciones realizadas hasta ahora han demostrado el beneficioso y significativo impacto que los ‘baños de bosque’ tienen sobre la salud humana, en especial para combatir el estrés y la ansiedad y para mejorar la salud cardiovascular y el sistema inmunitario. También se han encontrado beneficios en personas que padecen fibromialgia, depresión e insomnio.

Sesión guiada de ‘baños de bosque’. / EFE

«Los ‘baños de bosque’ reducen la presión arterial y el nivel de cortisol en la sangre. La naturaleza tiene un efecto calmante, y el baño de bosque puede ayudar a restaurar el equilibrio entre nosotros y el entorno natural», destaca Yoshifumi Miyazaki, director del Centro de Investigación en Salud y Medio Ambiente de la Universidad de Chiba y autor de varias investigaciones sobre esta práctica.

Efectos beneficiosos

Los científicos que han estudiado los ‘baños de bosque’ destacan que la simple presencia y contemplación consciente de la naturaleza produce efectos beneficiosos en los humanos: observar el verde de los árboles, escuchar el sonido de las hojas y el canto de los pájaros, oler la tierra húmeda, sentir el frescor del aire…

Subrayan que el ‘baño de bosque’ no es solo una actividad pasiva. Los participantes deben caminar despacio o sentarse y respirar profundamente, lo que puede aumentar la cantidad de oxígeno en la sangre y reducir la presión arterial.

El principal objetivo es reconectar a las personas con el entorno natural en un momento donde el urbanismo y la tecnología dominan la vida cotidiana

La clave radica en la atención plena, un estado en el que se promueve la relajación y se reduce el estrés, destacan los expertos. Uno de los propósitos principales del Shinrin Yoku es reconectar a las personas con el entorno natural en un momento donde el urbanismo y la tecnología dominan la vida cotidiana.

El contacto con los bosques mejora el estado de ánimo / Agencias

«Al practicar Shinrin Yoku, no solo nos relajamos mentalmente, sino que también fortalecemos nuestro sistema inmunológico al inhalar fitoncidas, compuestos naturales que liberan los árboles para protegerse de insectos y bacterias», explica Qing Li, uno de los principales investigadores sobre esta práctica y autor del libro «Shinrin Yoku: El arte y la ciencia de los baños de bosque».

«La naturaleza tiene el poder de curar y equilibrar nuestra mente, que a menudo está sobrecargada por las exigencias de la vida moderna. «Estamos biológicamente programados para estar en contacto con el mundo natural. Los baños de bosque nos recuerdan quiénes somos y de dónde venimos», expone Li.

En países como Estados Unidos, Reino Unido y España, cada vez más parques nacionales y áreas forestales ofrecen programas de ‘baños de bosque’ guiados, en los que expertos enseñan a los participantes a desconectar de sus dispositivos electrónicos y reconectar con la naturaleza.

Mejor estado de ánimo

Un estudio publicado en 2002 en la revista ‘Journal of Environmental Psychology’ reveló que los participantes que realizaron un baño de bosque durante 40 minutos experimentaron una disminución significativa en la presión arterial y el ritmo cardíaco.

Un informe realizado por el Centro de Medicina y Ciencias Naturales de Japón en 2010 mostró que los baños de bosque reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, un 16%, lo que sugiere un efecto relajante y tranquilizador. Además, disminuye la presión arterial, mejora el sistema inmunológico y contribuye a un mejor estado de ánimo.

En España, la Asociación Española de Terapia de Bosques ha sido pionera en la promoción de estos programas. «Cualquier espacio natural, ya sea un bosque mediterráneo o una pequeña área verde urbana, puede ofrecer los mismos efectos si se practica con la intención y atención adecuada«, afirma en su página web.

La Universidad de Burgos anunciaba en abril un estudio sobre la efectividad de los baños de bosque sobre la salud y la calidad de vida de las personas con diabetes, junto con investigadoras de Sanidad de Castilla y León (SACyL). Se medirán la tensión arterial, frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno en sangre, glucosa y hemoglobina glicosilada; depresión, ansiedad, estado de ánimo y calidad de vida antes y después de la intervención.

El auge del ‘Shinrin Yoku’ plantea también interrogantes sobre cómo mantener el equilibrio entre la práctica y la preservación de los ecosistemas naturales. A medida que más personas descubren esta técnica, existe la preocupación de que un uso excesivo de los espacios naturales ponga en peligro los bosques que se busca preservar. En este sentido, los expertos insisten en la importancia de que cualquier intervención en el entorno natural sea respetuosa y sostenible.

Más noticias
Noticias Relacionadas