Si no tienes más remedio que coger tu coche tras una fuerte nevada o helada te traemos una serie de recomendaciones para poder quitar la nieve acumulada sobre él sin dañar los cristales o la chapa, arrancar el motor en frío sin sufrir una avería, o conducir sobre terrenos resbaladizos como el hielo con la máxima seguridad.
Quitar la nieve acumulada
Una vez ha dejado de nevar, lo primero que se debe hacer es quitar la nieve acumulada sobre el coche antes de que se convierta en hielo por el frío. De ser así no sólo costará mucho más de hacer, sino que se puede dañar la chapa y los cristales por el peso y la dureza de éste. Además una vez se comience a descongelar se puede filtrar líquido en el interior si el coche ya tiene sus años y las juntas no están en perfecto estado. Sigue estos consejos:
- Quita con la mano el grueso de nieve acumulada sobre el techo, capó y parabrisas del coche.
- Cuando quede ya sólo una ligera capa sobre el parabrisas, emplea una rasqueta de plástico o goma para quitar la fina capa de hielo.
- Si se han congelado las cerraduras, retira con paciencia el hielo. Puedes emplear un secador.
- Una vez dentro del coche, usa la calefacción dirigiendo el aire hacia el parabrisas para ayudar a su descongelación.
- Quitar la nieve con una pala o rasqueta de metal, o cualquier otro objeto que pueda rayar la carrocería y los cristales del coche.
- Jamás tires agua caliente sobre el parabrisas para derretir el hielo. Un cambio tan brusco de temperatura puede literalmente reventar el cristal.
- Nunca retires la nieve con los limpiaparabrisas, ya que si todavía están congelados pueden destrozar el plástico de las escobillas y rayar el cristal.
Te traemos una serie de recomendaciones para poder quitar la nieve o el hielo acumulados sobre el coche / Archivo
Arrancar el coche en frío
Si el coche ha pasado varios días sepultado en la nieve por el temporal, hay que tener paciencia a la hora de arrancarlo. Hay que tener en cuenta que algunos componentes pueden estar directamente congelados o demasiado fríos para su correcto funcionamiento, por lo que si forzamos su calentamiento podremos causar una grave avería mecánica.
- Si se trata de un coche diésel, deberemos dar el contacto antes de la ignición en varias ocasiones, para favorecer el trabajo de los calentadores.
- Una vez con el motor en marcha, déjalo al ralentí varios minutos para que vaya cogiendo temperatura poco a poco.
- Ya en marcha, conduce con tranquilidad y acelera la marcha sólo cuando veas que la temperatura del motor ya es óptima.
- No insistas constantemente en el arranque del motor si este no es capaz de ponerse en marcha a la primera. Si se fuerzan pueden sufrir una avería grave.
- Evita los acelerones o revolucionar en exceso el motor (tanto en parado como en marcha) con el motor frío para que coja rápido temperatura.
Conducir sobre nieve y hielo
Ya en marcha, hay que tomar muchas precauciones para no ser víctimas de una superficie demasiado resbaladiza como la nieve o el hielo. Además, es importante hacer caso a las autoridades cogiendo el coche sólo cuando esté permitido.
- Conduce sin reacciones bruscas. Tanto la aceleración y deceleración como los giros deben ser progresivos para mantener lo máximo posible la capacidad de tracción y dirección del vehículo.
- Emplea marchas altas. Ir en relaciones altas como quinta y sexta favorece una conducción suave y progresiva.
- Aumenta lo máximo posible la distancia de seguridad, ya que el coche sobre nieve y hielo es incapaz de detenerse igual de rápido que en asfalto.
- Sigue las trazadas y surcos realizados por vehículos precedentes. De este modo estaremos más cerca del asfalto y se multiplicará la adherencia de los neumáticos.
- En caso de pisar una placa de hielo, suelta suavemente el acelerador y gira despacio el volante para guiar el vehículo.
- Evita acelerar y frenar de forma brusca, ya que el neumático podría patinar sobre la nieve.
- No gires agresivamente. Un cambio rápido de dirección hará que igualmente el neumático no pueda agarrarse al firme.
