El flan casero de huevo es uno de los postres más tradicionales y queridos en muchas culturas del mundo. Su textura suave y cremosa, junto con el sabor delicado del huevo y la vainilla, lo convierten en un clásico infaltable en la mesa familiar. Preparado con pocos ingredientes —huevos, leche y azúcar—, este postre atraviesa generaciones y conserva intacto su encanto.
Además de ser económico y rendidor, el flan casero es ideal tanto para un almuerzo cotidiano como para una ocasión especial. A continuación, te compartimos la receta de la abuela, con todos los secretos para que te salga increíble.
El origen del flan: una historia milenaria
Según distintas fuentes gastronómicas, los orígenes del flan se remontan a la antigua Roma. Allí, los romanos elaboraban un postre similar a base de huevos, leche y miel. Con el paso del tiempo, la receta se difundió por Europa durante la Edad Media y fue adaptándose a los ingredientes y costumbres de cada región. En América Latina, el flan se consolidó como uno de los postres caseros más populares, especialmente acompañado con caramelo.
Flan casero: ingredientes necesarios
Para preparar un flan de huevo clásico y bien cremoso, solo necesitás:
- 5 huevos
- 500 ml de leche
- 150 g de azúcar (para la mezcla)
- 100 g de azúcar (para el caramelo)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Todos estos ingredientes se consiguen fácilmente y no requieren preparación previa más que medir las cantidades.
Paso a paso: cómo hacer flan casero perfecto
1. Preparar el caramelo
En una sartén o directamente en la flanera, colocar los 100 g de azúcar con unas gotas de agua. Llevar a fuego medio hasta que el azúcar se derrita y tome un color dorado. Es importante no remover y evitar que se queme, ya que el caramelo amargo arruina el sabor final. Cubrir la base y las paredes del molde y reservar.
2. Hacer la mezcla del flan
En un bol, batir suavemente los huevos junto con los 150 g de azúcar, sin incorporar demasiado aire. Agregar la esencia de vainilla y, de a poco, la leche, mezclando con movimientos suaves para lograr una textura homogénea.
3. Cocinar a baño maría
Verter la preparación en la flanera acaramelada. Cocinar a baño maría en horno precalentado a 180 °C durante unos 45 a 50 minutos. El flan estará listo cuando, al pincharlo con un palillo, este salga limpio.
4. Enfriar y desmoldar
Dejar enfriar a temperatura ambiente y luego llevar a la heladera por al menos 4 horas. Este paso es clave para que el flan tome buena consistencia y se desmolde sin romperse.
7 tips clave para el mejor flan de huevo casero
Ingredientes de calidad: usar huevos frescos y leche entera mejora notablemente la textura y el sabor.
Respetar las proporciones: mantener el equilibrio entre huevos, leche y azúcar garantiza un flan cremoso y firme.
Caramelo en su punto: el color ámbar es ideal; si se oscurece demasiado, amarga.
Horneado suave: el calor moderado evita que el flan se llene de burbujas o se reseque.
Baño maría siempre: asegura una cocción pareja y una textura sedosa.
Enfriado correcto: no apurar el proceso; el frío ayuda a que el flan termine de asentarse.
Desmoldar con cuidado: pasar un cuchillo por los bordes y dar vuelta con decisión, pero suavemente.
