InicioSociedadDel síntoma a la solución: la revolución silenciosa de la salud digital

Del síntoma a la solución: la revolución silenciosa de la salud digital

No es casual que el seguro privado de salud gane peso como complemento a la sanidad pública. En 2024, cerca de 12,6 millones de personas utilizaron su aseguramiento privado en España, una cifra que se mueve en el entorno de “uno de cada cuatro” ciudadanos y que refleja una búsqueda cada vez más clara: agilidad, libertad de elección y rapidez. En paralelo, el regulador ha medido un dato igual de elocuente: el 26,4% de los hogares cuenta con seguro médico privado (4T de 2024).

Vivir más y vivir mejor

España suma años y, con ellos, cambia la forma de enfermar… y de cuidarse. El envejecimiento poblacional aumenta la demanda de atención continuada, especialidades y seguimiento. Pero también abre una oportunidad: acercar la medicina a quien más le cuesta desplazarse. Ahí encajan los servicios híbridos, que combinan lo digital con el soporte presencial. Y es así donde se sitúa MAPFRE con una solución en su seguro de salud integral donde conviven telemedicina, prevención, bienestar y apoyo en necesidades que pueden ir desde lo cotidiano hasta la dependencia. No se trata solo de “hacer una videollamada”: es convertir el domicilio en una extensión razonable del sistema de cuidados.

La prevención: detectar antes y sufrir menos

Durante años, la conversación sobre salud se activaba tarde: cuando dolía. Hoy el foco se desplaza hacia la detección precoz y el bienestar integral. Chequeos periódicos, seguimiento de parámetros, hábitos sostenibles. La prevención no vende épica, pero compra futuro. Y aquí la tecnología, bien usada, cumple una función muy poco glamourosa y muy valiosa: reducir fricciones. Menos llamadas, menos esperas, más trazabilidad. En vez de obligar al paciente a adaptarse al sistema, el sistema empieza a adaptarse —por fin— al paciente.

La telemedicina ya no es un salvavidas excepcional: para muchas situaciones es la vía natural. Videoconsultas, chats médicos, acceso a informes, analíticas online… El objetivo es sencillo: que la respuesta llegue a tiempo.

En esa línea, MAPFRE ha impulsado su Hospital Digital, con consultas online en distintas especialidades y servicios asociados —como la gestión de citas, videoconsultas o funcionalidades ligadas a la atención— con la ambición de replicar la calidad de una visita presencial cuando el caso lo permite. Y todo ello se articula alrededor de la app MAPFRE Salud, que integra la experiencia digital de Savia y concentra gestiones y acceso a servicios desde el móvil. La clave está en lo que esto significa en la vida real: evitar que una duda crezca durante días, reducir desplazamientos innecesarios y, sobre todo, acortar el tiempo entre “algo no va bien” y “alguien me orienta”.

Salud mental, a la altura de lo que se necesita

Si hay un tema que ha dejado de ser marginal para convertirse en conversación central, es la salud mental. Estrés sostenido, ansiedad, burnout, duelo, trastornos alimentarios o situaciones de acoso escolar. La demanda existe y exige respuestas más accesibles, menos estigmatizadas y más continuas. En ese mapa, las coberturas de psicoterapia y su ampliación en casos sensibles son un termómetro de época: hablan de un sistema que empieza a reconocer que cuidar la mente no es un extra, sino parte del núcleo de la salud.

Pero las novedades que MAPFRE anuncia para 2026 se leen mejor si se entienden como una evolución cultural: el paciente quiere soluciones adaptadas al ritmo de su vida, no un listado de prestaciones. La app MAPFRE Salud incorporará nuevas capas de asistencia digital, entre ellas:

  • Fisioterapia digital con apoyo de IA, triaje previo, programas por zonas corporales y acceso sin horarios (24/7).
  • Videoconsulta para interpretación de analíticas, pensada para entender resultados y orientar siguientes pasos.
  • Videoconsultas de especialidades en inglés (con informe también en inglés).
  • Videoconsulta de psicoterapia, con la misma lógica de continuidad y accesibilidad.

Y, además, se contempla la ampliación a hasta 40 sesiones anuales de psicoterapia en caso de violencia de género. La idea que subyace es potente: pasar de la “medicina reactiva” a la “medicina acompañada”, donde la tecnología no sustituye, sino que sostiene.

Bienestar laboral

También el trabajo se ha convertido en un factor de salud. No solo por lo que hacemos, sino por cómo lo hacemos: horarios, pantallas, sedentarismo, presión, desconexión. Las plataformas de salud para empleados emergen como respuesta a un fenómeno evidente: si el bienestar cae, cae todo lo demás. MAPFRE canaliza parte de esta respuesta, una vez más, a través de Savia, su plataforma de salud digital, que ofrece servicios para particulares y empresas y reúne un catálogo amplio de especialidades y modalidades de atención. En un mercado donde cada vez importa más prevenir que gestionar urgencias, el bienestar corporativo deja de ser “beneficio” para ser infraestructura.

Al final, la gran pregunta no es si la salud se digitaliza, sino qué gana el paciente con esa transformación. Y la respuesta —cuando se hace bien— es menos ruidosa de lo que parece: gana tiempo, gana claridad, gana continuidad. Porque en un mundo acelerado, cuidar de la salud no puede depender de tener una mañana libre. Y quizá esa sea la verdadera vanguardia: que pedir ayuda sea tan sencillo como abrir una app… y que la prevención deje de llegar tarde.

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