Florida, un estado asociado al sol y las playas, amaneció en enero de 2025 con un sorpresivo manto blanco de nieve, con acumulaciones récord en casi 130 años en ciertas ciudades como Pensacola. La llamada tormenta del siglo paralizó gran parte del Panhandle y llevó al gobernador Ron DeSantis a declarar el estado de emergencia. Ante la inminente llegada de la nueva temporada invernal, muchos se preguntan si ese escenario inédito podría repetirse.
Entre el 20 y el 22 de enero de 2025, una masa de aire ártico descendió sobre el Golfo de México y se combinó con un sistema de baja presión para dar origen a la Gulf Coast Blizzard, una tormenta que luego fue bautizada como Éowyn. Según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, fue la primera ventisca registrada en la costa del Golfo y la más intensa desde 1895.
Durante su paso, el sistema afectó a Texas, Louisiana y Florida con una combinación de nieve, aguanieve y lluvia helada. En Pensacola, las ráfagas alcanzaron las 40 millas por hora (64 km/h), mientras que la temperatura descendió a los 15°F (-9°C).
La acumulación promedio de nieve en la región costera osciló entre seis y 12 pulgadas (15 y 30 cm), aunque Pensacola News Journal informó que en algunos puntos del Panhandle se registraron hasta cuatro pulgadas (10 centímetros), lo que igualó el récord estatal que databa de 1954 en Milton, condado de Santa Rosa.
Los efectos fueron devastadores: más de 77.000 personas quedaron sin energía eléctrica, miles de vuelos fueron cancelados y al menos 13 personas perdieron la vida.
La magnitud del fenómeno llevó al gobernador Ron DeSantis a emitir la Orden Ejecutiva 25-13, en donde declaró el estado de emergencia en toda Florida. En el texto oficial, el mandatario advirtió que “todas las formas de clima invernal peligroso serían probables, incluyendo nieve, aguanieve y lluvia helada”, y que los efectos podrían ser significativos sobre carreteras, puentes y líneas eléctricas.
El decreto facultó a la División de Manejo de Emergencias a coordinar las acciones de respuesta, activar la Guardia Nacional y disponer de los fondos estatales necesarios para proteger a la población. Además, autorizó a los municipios a cerrar edificios públicos, suspender trámites administrativos y habilitar refugios temporales.
Entre las medidas urgentes se ordenó el cierre de escuelas, universidades y oficinas estatales en la zona norte. Los distritos escolares de Bay, Escambia, Santa Rosa y Walton, entre otros, suspendieron clases al menos durante dos días, mientras que el Departamento de Transporte advirtió sobre la posibilidad de cierres en autopistas y pasos elevados por la formación de hielo.
El Pensacola News Journal describió aquel episodio como “la tormenta del siglo”. La combinación de nieve, frío extremo y vientos fuertes transformó a la región del Panhandle en un escenario invernal pocas veces visto.
El recuerdo de aquella nevada enciende la pregunta: ¿podría repetirse un fenómeno similar este invierno? De acuerdo con las proyecciones de The Old Farmer’s Almanac, el invierno 2025–2026 sería más moderado, aunque con episodios imprevisibles.
El pronóstico señala que la mayor parte del país norteamericano experimentará temperaturas normales o ligeramente más cálidas, pero que el sureste, los Apalaches y Florida podrían registrar condiciones más frías de lo habitual. La publicación, considerada una referencia tradicional en materia climática desde 1792, advierte que “no hay que perder de vista las palas de nieve y los paraguas”.
Entre los factores que influirán en el próximo invierno se destacan el debilitamiento de La Niña, el mantenimiento de un patrón cálido en el Atlántico y la posibilidad de un desplazamiento del vórtice polar que podría enviar aire ártico hacia el sur. Aunque el pronóstico prevé menos nieve que en 2025, el riesgo de irrupciones frías repentinas se mantiene.
