Un derbi con alma de batalla. Así se vivió en La Rosaleda un Málaga-Córdoba CF (2-2) de los que dejan huella, intenso de principio a fin, con ráfagas de fútbol y una carga emocional a la altura de su historia. El conjunto blanquiverde volvió a demostrar que su gen competitivo no entiende de contextos, minutos ni de adversidades: resistió un gol en contra, una expulsión dudosa y una de esas citas que se mastican más de lo que se juegan. Y entre todo eso, el equipo de Iván Ania encontró el resquicio para prolongar su racha de imbatibilidad y reafirmar la sensación de que, incluso cuando el guion se tuerce, sigue sabiendo encontrar la forma de sacar la cabeza.
Arranque errático
Cada semana que pasa, Iván Ania ofrece menos margen a la duda: salvo contratiempo, ha dado con su once tipo. Por cuarto encuentro consecutivo, el preparador asturiano apostó por el mismo bloque que firmó las victorias ante Ceuta y Albacete, y el empate frente al Almería. En él, bajo palos el dueño absoluto es ahora Iker Álvarez, que ya ha dejado también claro que le ha comido por completo la tostada a Carlos Marín.
Por delante, la defensa parece ya inamovible. Carlos Isaac y Albarrán saltaron en los laterales, mientras que la dupla de Fomeyem y Rubén Alves se mantuvo sin movimientos en el eje de la zaga.
El ovetense también reafirmó su apuesta por los hombres en mejor estado de forma -una de sus consignas desde que llegó a tierras cordobesas-. Isma Ruiz y Dani Requena, en esa línea, tuvieron continuidad en la medular, con Jacobo González ligeramente por delante como enganche.
Más en racha todavía anda Adrián Fuentes, pichichi con cinco dianas y el principal argumento ofensivo del plantel en este tramo de la temporada. Suya fue la titularidad en punta -la sexta que suma esta campaña-, flanqueado por Dalisson y Carracedo para completar una alineación que hoy por hoy, ha cogido forma, ritmo y ya tiene sus nombres propios.
Por el otro bando, Pellicer tampoco se contuvo: todo lo que tuvo fue directo al once. Herrero partió bajo palos, otras piezas clave como Larrubia, Lorenzo o el joven Rafita pusieron la mordiente más arriba, mientras que la referencia de inicio fue el exblanquiverde Eneko Jauregui. Puga esperó en el banquillo, recién salido de lesión, y el cordobés Chupe se quedó precisamente fuera por una lesión en el isquiotibial de su pierna izquierda.
El que descorchó el partido, sin embargo, acabó siendo Dalisson. Tres minutos de reloj requirió el hispano-brasileño para buscar el primero, en un envío llovido de Carlos Isaac al segundo palo que, previo impacto en Fuentes, quedó en posición franca para el «19», aunque el chut lo desarticuló pronto la defensa local. También cerca anduvo Jacobo, tras una mala salida de balón de Herrero que recogió el madrileño para ensayar un chut mordido, y un poco tímido, desde la frontal a las manos del toledano.
Isma Ruiz, durante un lance del Málaga-Córdoba CF en La Rosaleda. / lof
Desde el otro lado, en el Málaga comenzaban pronto los contratiempos: a los ocho de juego, Juanpe se tuvo que marchar lesionado. En el mismo esfuerzo para tapar a Jacobo se rompió el jerezano, que dejó su sitio a Brašanac. Pero antes la tuvieron de nuevo los blanquiverdes… Se lo pensó en exceso Carracedo para habilitar a Requena, también el de Cenes de la Vega ya en el área, y no salió socio para remachar en el mano a mano.
Pero pasado el cuarto de hora cogió impulso el cuadro local. Dani Lorenzo, el propio Brašanac y Carlos Dotor estaban poniendo el peligro apareciendo desde segunda línea. Precisamente, el marbellí fue el encargado de dejar la más clara de los locales en el arranque: jugada personal, se deshizo de la marca de Carlos Isaac y se quedó sin terreno a la hora de buscar la combinación frente a un atentísimo Rubén Alves. Eso sí, en la otra trinchera ya había tenido que volver a intervenir Alfonso Herrero para evitar el 0-1 de Carracedo con un disparo seco por abajo.
Se calienta el derbi
Del ritmo inicial, a la calma tensa posterior. El Córdoba CF se había propuesto tener la iniciativa con el balón y eso hizo durante buena parte del primer acto. Poca profundidad, mucha jugada estática y los califas, casi a voces, pidiendo más un error del cuadro departamental que espacio para trenzar el juego. En esas, participativo se estaba viendo a Carracedo, también Requena -con un punto extra de confianza casi palpable-, mientras que la tarea de encontrar o habilitar a Fuentes en punta se estaba complicando ante el repliegue de los hombres de Pellicer.
Sin ideas, ni tampoco mucho tiempo para tenerlas, se consumió lo que restaba antes del descanso. Carracedo dejó casi la única acción reseñable, quitando la también lesión de Brašanac, en un amago de tangana en el que el catalán vio la cuarta tarjeta amarilla de su cuenta este curso -pasa a estar apercibido- y enfrió las pocas revoluciones con las que se había ido desarrollando el encuentro hasta el último tramo. Y le echó el telón Fuentes, errando un envío al espacio de Jacobo al que no pudo darle dirección tras una carrera descomunal con Murillo.
Carlos Albarrán, con Larrubia de fondo, instantes antes de su expulsión en La Rosaleda. / lof
El derbi se reanudó al mismo compás, aunque pronto cogió algo de fuelle. Fue Carracedo el encargado de reabrir el intercambio de zarpazos, con una internada desde fuera hacia dentro, tras un pase exquisito de Jacobo, que acabó mandando a la grada trastabillado. Más clara la tuvo acto seguido Isaac, recogiendo un envío de Requena para buscar a Fuentes en el área pequeña que no encontró un último rematador. Pero la acción clave llegó después: sobre el 52’, Albarrán vio una discutida tarjeta roja directa por derribar a Larrubia, previo impacto con el esférico, y el VAR ratificó la expulsión de Orellana Cid.
Ania movió rápido el banquillo para reconstruir la zaga. Álex Martín fue el elegido, entrando por Dalisson en línea defensiva, pero el golpe ya estaba al caer… Un exceso de confianza de Fomeyem en la salida de balón se convirtió en recuperación malacitana, desde la frontal ensayó el disparo Rafa Rodríguez -que había entrado al descanso-, y el resultado fue un golazo que dejó en nada el intento de palomita de Iker Álvarez.
El mazazo era tremendo, también por lo inesperado, pero cuando estás tocado por la varita, poco importa si son diez, o nueve, los socios que tienes en el campo… Qué se lo digan a Adrián Fuentes, que tres minutos después de la diana local niveló la partida con una definición de espuela que se coló entre las piernas de Herrero. Su sexto tanto de la temporada y el que reactivó a los califas tras ciertos compases de indecisión.
Porque era el Córdoba CF, en inferioridad, el que estaba llevando la batuta espoleado por el zarpazo de su pichichi. Hasta rozó la remontada Theo, pero se durmió en el área cuando la grada le pedía el disparo. Quien no se lo pensó tanto fue el exblanquiverde Eneko Jauregui, sin embargo, recogiendo un regalo de Carlos Isaac tras un mal despeje -había sido trasladado al perfil izquierdo- para colocar el 2-1 a placer en La Rosaleda. O eso parecía: revisión en el VAR y posición antirreglamentaria de Rafita en la carrera con el lateral extremeño, por lo que no subió al marcador.
Diego Bri, al rescate
El caso es que si uno golpeaba, el otro contestaba. Más madera entró desde el banquillo cordobés, con el ingreso de Kevin Medina y Diego Bri en sustitución de Requena y Jacobo. La premisa era clara: los de El Arcángel no pretendían especular aún con uno menos. Tampoco estaba haciendo prisioneros el Málaga, que no renunciaba a apuntarse su primera victoria ante los cordobeses en los últimos cinco derbis.
Ya no quedaban piernas, solo fe. En ese tramo en que el corazón empuja más que cualquier otra cosa, un disparo lejano de Isma Ruiz obligó a Herrero a intervenir con apuros. Fue el preludio del último golpe en el semblante… Rafa Rodríguez, de nuevo, encontró espacio en el área blanquiverde para cruzarla y poner el 2-1. Solo quedaba apelar a lo que tantas veces había sostenido a los califas: la épica, la resistencia o ese vínculo casi místico con la imbatibilidad desde hace ocho jornadas. Y cuando el reloj ya rozaba el 100’, llegó la recompensa. Alves la sirvió tensa al corazón del área, Herrero no alcanzó a despejar y Diego Bri, con la fe que ya era lo único que quedaba, estiró la bota para sellar el 2-2 definitivo.
Ficha técnica
2 – Málaga CF: Alfonso Herrero, Juanpe, Larrubia, Joaquín Muñoz, Carlos Dotor, Víctor García, Murillo, Eneko Jauregui, Montero, Dani Lorenzo y Rafita. Entrenador: Sergio Pellicer.
Cambios: Brašanac por Juanpe (10’), Rafa Rodríguez por Brašanac (46’), Julen Lobete por Dotor (66’), Adrián Niño por Joaquín Muñoz (66’), Dorrio por Rafita (80’).
1 – Córdoba CF: Iker Álvarez, Carlos Isaac, Fomeyem, Rubén Alves, Carlos Albarrán, Isma Ruiz, Dani Requena, Jacobo González, Dalisson, Carracedo y Adrián Fuentes. Entrenador: Iván Ania.
Cambios: Álex Martín por Dalisson (56’), Theo Zidane por Carracedo (61’), Diego Bri por Requena (80’), Kevin Medina por Jacobo (80’).
Goles: 1-0 (59’) Rafa Rodríguez. 1-1 (62’) Adrián Fuentes. 2-1 (89’) Rafa Rodríguez. 2-2 (100’) Diego Bri.
Árbitro: Orellana Cid (C. Sevillano).
Tarjetas: a Dotor (26’), Requena (32’), Fomeyem (36’), Carracedo (40’), Javi Montero (48’). Expulsó a Carlos Albarrán (53′).
Estadio: La Rosaleda, con más de millar y medio de cordobesistas.
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