Este miércoles Uruguay se convirtió en uno de los pocos países del mundo en habilitar y regular la eutanasia.
La nueva ley fue pionera en América Latina, y su aplicación estará estrictamente dirigida a casos y circunstancias de enfermedad incurable y sufrimiento extremo.
Luego de una larga votación en el Senado (unas cinco horas de debate), finalmente los senadores aprobaron la norma con 20 votos a favor de 31. El proyecto había sido presentado por la bancada progresista del Frente Amplio, un par de senadores del Partido Colorado y otro del Partido Nacional.
AFP.
El texto indica que podrá acogerse a este derecho toda persona mayor de edad y “psíquicamente apta”.
La nueva ley se aplicará a quienes estén cursando “la etapa terminal de una patología incurable e irreversible” o que, como consecuencia de esa enfermedad, “padezcan sufrimientos que les resulten insoportables” y atraviesen un “grave y progresivo deterioro de su calidad de vida”.
Además, indicaron que el paciente deberá solicitar la eutanasia personalmente y por escrito, siempre que sea ciudadano uruguayo o extranjero residente.
Tras su promulgación, el Poder Ejecutivo tendrá seis meses para reglamentar la norma.
Pepe Mujica, un hombre clave
La ley de muerte digna finalmente concluyó un extenso debate en el país oriental, y una larga lucha con muchos años a sus espaldas. Como parte de las políticas impulsadas por el expresidente José «Pepe» Mujica, dicha norma no fue un proyecto aislado.
Uruguay se volvió uno de los países más destacados en cuanto a la agenda progresista de derechos: una década antes, el país también fue pionero en debates como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del mercado de cannabis.