Si había un resultado que podía dejar la zona baja al rojo vivo, sin dudas era este. Porque si Central Córdoba daba la sorpresa en Junín, no solo que igualaba en puntos a su rival de anoche en la tabla anual, sino que también, por la derrota de Tigre en Rosario, mandaba al último puesto a los de Victoria. Y sí, eso fue lo que pasó… la moneda volvió a caer del lado del Ferroviario, que se llevó un partido de seis puntos y, con la vuelta de Omar De Felippe, aquel equipo que parecía estar condenado al descenso hace apenas unas fechas se levantó del nocaut y ahora sueña.
Era una final anticipada para ambos y así la plantearon desde el comienzo. Ninguno salió a especular y cada uno tuvo sus momentos en el partido. Pero los santiagueños volvieron a demostrar de qué están hechos desde la vuelta de De Felippe al cargo. Y aquel equipo que perdió siete de los ocho partidos en el arranque de la LPF, le hacían tres goles por partido y parecía que iba derecho a ser el primer descendido, ahora se acomodó y está invicto hace ocho y en semis de la Copa Argentina. Con los mismos jugadores que tenía González Vélez -ex DT de Central Córdoba- pero con otro trabajo, sobre todo desde lo mental. Los goles de Atencio y Varaldo encaminaron el triunfo clave en Junín.
El descuento de Licha López sobre el cierre le terminó de dar ese tono vibrante al encuentro y el Verde hasta se ilusionó con el empate. Pero Cabral lo terminó de liquidar en una corrida a campo abierto y con un Acosta volviendo desesperado del área rival, luego de ir a buscar el empate agónico en la última.