Los pasajeros de Aerolíneas Argentinas y otras líneas aéreas que operan en el país seguramente volverán a tener complicaciones esta semana, como parte involuntaria de un enfrentamiento entre los gremios aeronáuticos y el Gobierno en el cual en este momento no hay una sola instancia de negociación abierta.
El viernes y el sábado la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación de Aeronavegantes (AAA) concretaron un paro de 24 en Aerolíneas Argentinas que derivó en la cancelación total de todos sus vuelos, más de 300, y aproximadamente 37.000 pasajeros afectados.
De manera adicional, el personal de otros dos gremios que confluyen en la empresa de rampas Intercargo, la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) y la Unión del Personal Superior (UPSA), generaron asambleas en Aeroparque, Ezeiza y otros aeropuertos del país que generaron importantes demoras en los vuelos de las demás aerolíneas, incluidos los vuelos de las líneas internacionales durante la noche del viernes en Ezeiza.
En lo formal, todo el conflicto gira alrededor de una paritaria salarial por los sueldos de Aerolíneas en la cual los pilotos reclaman una recomposición del 70% y los tripulantes de a bordo piden un piso de aumento del 25%. Aerolíneas y la Secretaría de Transporte ofertaron un 10,8% acumulado para el período junio-agosto.
Pero a esa situación, por la cual los gremios encabezado por APLA ya habían concretado cerca de una decena de medidas de fuerza en poco menos de tres semanas, se sumó el jueves pasado la decisión de Aerolíneas de despedir a tres pilotos que se negaron a volar un avión sin pasajeros hacia Estados Unidos, donde debía ser devuelto tras finalizar su período de alquiler.
Tras el paro de 24 horas, al mediodía del sábado desde APLA anticiparon que continuarán las medidas de protesta y que el reclamo ya no es sólo salarial.
«Lo que debe quedar claro, es que nadie queda atrás y el conflicto finaliza cuando se acuerde el monto de recomposición salarial, y TODOS/AS los compañeros sancionados (apercibimientos, suspensiones, despidos) se encuentren en sus puestos laborales y se retrotraigan esas medidas disciplinarias«, dijo el gremio que encabeza Pablo Biró en un comunicado.
El gremio anticipó nuevas medidas de fuerza, y dio a entender que podrían ser sin anuncio previo. Esa regla de avisar antes de parar la venían aplicando desde APLA y Aeronavegantes, no así desde Intercargo, la empresa donde manda el gremio APLA que encabeza Edgardo Llano y que viene desarrollando «asambleas informativas» sorpresivas en los aeropuertos.
Ahora también es posible que los pilotos vuelvan también con esa práctica, que aplicaron de manera reiterada durante el gobierno de Macri.
«Seguramente las medidas de acción gremial se irán incrementando en impacto y diversificando en su metodología. Estemos atentos. Nos necesitamos todos y cada uno. Sigamos así» finalizó el comunicado de APLA emitido el sábado.
El domingo avanzaron con un escrache: a través de otro comunicado, difundieron la foto del gerente de RRHH de Aerolíneas, Alejandro Morón, a quien señalaron como el autor de los despidos de los tres pilotos de Aerolíneas y de haber publicado los «falsos sueldos» que cobran los pilotos (en realidad, quien primero que nadie habló de las cifras que cobran los pilotos de Aerolíneas fue el presidente de la empresa, Fabián Lombardo, en declaraciones a Radio Mitre).
«Se fue en Clase Ejecutiva a Miami», dice el comunicado sobre el gerente de RRHH de Aerolíneas. «Despidió, mintió y se fue. No le importó nada».
Un dato no menor es que desde el Gobierno no hay un solo puente tendido hacia los gremios. El presidente de Aerolíneas echó a tres pilotos y ahora está enfocado en neutralizar la presión de Biró para hacer renunciar a su Gerente de Operaciones, el piloto Gustavo García Lemos.
¿Por qué querría Biró hacer renunciar a un gerente que llegó a su cargo por ser piloto y afiliado de APLA?
El Gerente de Operaciones es el responsable ante de Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) de toda la parte de vuelos de una aerolínea. La ANAC le exige a cualquier línea aérea un gerente de Operaciones, uno de Instrucción y uno de Mantenimiento, antes de presentar incluso la planilla de los accionistas. Y en el caso de Aerolíneas, por un convenio que está vigente, quien designa al Gerente de Operaciones es el gremio APLA. De ahí la puja en la conducción de Aerolíneas para retener a García Lemos, ya que la presión de Biró dejaría a la empresa con poco o ningún margen para sostener su operación cotidiana.
La primera respuesta desde el lado del Gobierno, que también promete no ser la última, será este viernes: ese día está convocada la reunión del directorio de Aerolíneas Argentinas, en el edificio de Aeroparque, donde a pedido de la Secretaría de Transporte será votada una moción de cesantía de Biró como director de Aerolíneas, donde ocupa un sillón en representación del Programa de Propiedad Participada (PPP) de los trabajadores.
Quitarle a Biró la silla en el directorio de Aerolíneas le dará a al gobierno de Milei una victoria más simbólica que otra cosa, pero también es una señal de que la apuesta del gobierno pasa por transformar a los gremios aeronáuticos en el nuevo rival político a vencer.