Después de que saliera a la luz las supuestas irregularidades del criadero Finca La Nicola, denunciado por la venta de más de una docena de perros enfermos y muertos en los últimos dos meses, el veterinario Gabriel Terceiro, que atiende a los animales del lugar, negó cualquier tipo de responsabilidad sobre el mal estado de salud de los cachorros que se entregaron a los distintos compradores..
«Estamos en una época de compra y venta online, gente consumista e ignorante, un poco flojita de emociones, que cree que una mascota va a llenar el espacio vacío o el hijo que no tiene. A mí que no me vengan a echar la culpa de las frustraciones ajenas», arremetió el profesional que ejerce la veterinaria desde 2001.
Terceiro hace caso omiso a las redes sociales. «¿Por qué me tengo que hacer cargo de ese conventillo? ¿Dónde están las denuncias ante la Justicia? Es fácil escracharte por Facebook?». Clarín supo en las últimas horas que un grupo de damnificados que perdieron sus mascotas se están organizando para presentar una denuncia penal a él y a la Finca La Nicola, propiedad de Nicolás y Valeria Bazo.
«Yo cada animal que entregué lo hice con sus vacunas y un certificado de salud. No puedo escuchar a gente que desconoce lo que significa tener un perro o que cree que un veterinario es un pinchaperros que no fue a la universidad. Yo estudié 18 años e hice distintos posgrados para llegar hasta aquí, y me llaman de la televisión para hablar de mi experiencia. Lamentablemente estamos en un país decadente con mucha gente enferma, que lo único que quiere es sangre».
Gabriel Terceiro lleva más de 20 años como veterinario. «Yo cada animal que entregué lo hice con sus vacunas y un certificado de salud». Desafiante, Terceiro quiere pruebas concretas de su mala praxis como profesional. No se mueve de allí ni tampoco le interesa la condena social. «A veces la gente elige un blanco y apunta. Yo soy rubio, ojos claros, universitario y me escrachan. Yo llevo más de cincuenta mil clientes en toda mi trayectoria, pero bueno, esto es Argentina, Favaloro tenía casos más injustos que yo. Él era como yo, trabajador, humilde y de campo».
Afirma el especialista que «varios de los que hoy me cuestionan me mandaron videos de cómo alimentaban a sus cachorros. Primer error grosero: les daba arroz entero en lugar de partido, lo que sin dudas genera diarrea y vómitos. ¿Es mi culpa? Hay que darles un paté con agua tibia y le dan agua fría, Los perros se enferman como se enferma la gente y se mueren como nosotros».
Tatiana Luque y su pareja Rodrigo compraron un salchicha, Toro, que se murió al quinto día de haberlos comprado. Niega y rechaza que haya entregado animales enfermos, con parásitos y bajos en peso. «Es totalmente mentiroso. Todos los que compraron perros recibieron un certificado genético de salud dando cuenta del estado de la mascota. Hoy la emoción de tener un perro enceguece y luego comen cualquier porquería que encuentran debajo de la cama. Se compran un perro porque están deprimidos y después no le dan pelota, les dan cualquier cosa y el perro se les muere».
Dice que Finca La Nicola «es mi cliente y no tengo nada que objetar. Hace años que trabajamos juntos. Vuelvo a repetir: si vos me traés un perro que se enfermó a los doce días de haberlo comprado, no al día siguiente, al día doce, ¡qué querés que haga! El desconocimiento de la gente es que por pagar un perro se cree que tiene que estar sano de por vida»,
Una de las denuncias realizadas este jueves y confirmada su recepción por la UFI 4 Departamental.Tatiana Luque está que trina. No puede creer lo que dice Terceiro, enterada a través de Clarín. «Una vergüenza este señor. No pudo darme el perrito que compré, un salchicha que se llamaba Toro, en las condiciones que me lo entregó: desnutrido, deshidratado y lleno de pulgas. Se me murió a los cinco días de haber pagado 500 mil pesos. Y encima tuvimos que soportar sus mentiras y maltrato. Ellos matan a los perros y te echan la culpa… Nosotros sólo intentamos salvarle la vida… Vaya uno a saber qué les hacen en ese lugar, qué les ponen y cómo los tienen en este momento. No quiero ni imaginarlo».
Se le comenta a Terceiro el caso de Toro y el veterinario pide «la papeleta» que demuestra que él es responsable. «Yo conozco a los dueños del criadero y ellos trabajan bien. Insisto con que el problema hay que buscarlo en otro lado. La gente padece la compra compulsiva insatisfecha, porque la mascota no repara el ánimo de la gente. Pero cuando se va a buscar un cachorrito está la ilusión de que desaparecerán todos los problemas».
PS