InicioSociedadTrump despide a Charlie Kirk en un funeral multitudinario en Arizona

Trump despide a Charlie Kirk en un funeral multitudinario en Arizona

El presidente Donald Trump y miembros prominentes de su movimiento “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez” (MAGA, por sus siglas en inglés) rindieron homenaje a Charlie Kirk, el activista de 31 años asesinado el 10 de septiembre en un campus universitario de Utah. El funeral se celebró en el State Farm Stadium de Arizona, colmado por más de 70.000 personas.

«Este funeral es para celebrar la vida de un gran hombre. Realmente un gran hombre”, dijo el presidente republicano.

Donald Trump, quien lo definió como una figura clave en su triunfo electoral de 2024, encabezó la ceremonia junto a su vicepresidente JD Vance, funcionarios de alto rango y referentes del movimiento MAGA. También se destacó la presencia de Elon Musk, que tras meses de enfrentamientos públicos se reencontró con el presidente estdadounidense. Ambos fueron captados por las cámaras estrechándose la mano en un gesto de reconciliación.

La magnitud del homenaje reflejó la influencia que Kirk acumuló como líder de Turning Point, la organización que fundó para movilizar a jóvenes cristianos conservadores y que bajo su conducción se transformó en una estructura multimillonaria con enorme alcance político. En el estadio, teñido de rojo, blanco y azul, bandas de rock cristiano acompañaron la ceremonia mientras los oradores exaltaban la fe y las convicciones del activista.

Los discursos oscilaron entre la exaltación personal y la arenga política. Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, advirtió: “¿Pensaste que podrías matar a Charlie Kirk? Lo has hecho inmortal”. Otros, como Donald Trump Jr. y el influencer Jack Posobiec, hablaron de martirio y reclamaron redoblar la ofensiva contra la izquierda, los medios y los demócratas.

La seguridad fue extrema: controles similares a los de un Super Bowl, oradores tras un vidrio blindado y un operativo con cientos de agentes desplegados en el estadio. Aun así, decenas de miles hicieron fila desde la madrugada para participar de la ceremonia.

El asesinato de Kirk desató un fuerte debate nacional. Mientras sus seguidores lo presentan como víctima de la intolerancia hacia las ideas conservadoras, sectores críticos alertan sobre el riesgo de que Trump utilice la indignación para avanzar contra voces opositoras. De hecho, tras el crimen, el gobierno republicano endureció sanciones contra quienes expresaron comentarios considerados ofensivos sobre el activista, una medida que encendió discusiones sobre la Primera Enmienda y la libertad de expresión.

El acusado del homicidio es Tyler Robinson, un joven de 22 años de Utah que podría enfrentar la pena de muerte. Según la fiscalía, tras el tiroteo escribió a su pareja que estaba “harto del odio de Kirk”, aunque hasta ahora no se estableció un motivo claro.

En el escenario internacional, la figura de Kirk también fue reivindicada. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, elogió su capacidad de debate y su influencia en la derecha global. Mensajes similares se escucharon de funcionarios del gabinete de Trump, como el secretario de Estado Marco Rubio y la directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard, quienes subrayaron su audacia para llevar ideas conservadoras a los campus universitarios, considerados bastiones progresistas.

La muerte de Kirk marcó un antes y un después en el movimiento MAGA. Para sus seguidores, su legado se convirtió en un mandato de continuar la batalla cultural y política que él encarnó. Para sus detractores, en cambio, el funeral fue la demostración de cómo la tragedia de un activista puede transformarse en un acto de reafirmación ideológica y de consolidación de poder.

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