El fútbol moderno es así. El Club Deportivo Mirandés, club de la Liga Hypermotion y primer adversario del Córdoba CF en la temporada liguera 24-25 (viernes, 16 de agosto, Anduva), no dispone de una plantilla en condiciones de disputar un partido amistoso en estos momentos de la pretemporada, cuando ya ha arrancado el mes de agosto y la competición oficial se avista. El club burgalés tenía previsto jugar este sábado 3 de agosto un partido amistoso ante el Mallorca, pero ha anunciado que no podrá hacerlo.
Por el mercado
«El Club Deportivo Mirandes comunica que, ante la especial situación de ralentización que atraviesa el mercado de jugadores profesionales actual, sumado a la situación de sobrecarga física de los actuales jugadores en plantilla, propia de esta fase de pretemporada, ha decidido suspender el encuentro amistoso del próximo sábado 3 de agosto que se iba a celebrar en el estadio de Anduva entre el Club y el RCD Mallorca», indicó la entidad.
El club «lamenta tomar esta decisión», a la que «nos vemos obligados por fuerza mayor», y pide «disculpas por las molestias ocasionadas al RCD Mallorca, así como a todos los abonados, aficionados y simpatizantes afectados».
Una plantilla aún por hacer
La situación actual del Mirandés, con sólo 10 jugadores, tiene otra peculiaridad añadida: de esa decena de jugadores profesionales, seis son centrales. Además de Juan Gutiérrez y Postigo, Barbu, Michelis, Tachi y Tomeo también son centrales y, pese a ello, su primer amistoso de pretemporada, jugado la pasada semana frente a un Primera de nivel como es el Osasuna, se saldó con empate a un tanto. Sólo un detalle más para mostrar la escasez con la que debe trabajar Lisci, su técnico: en ese primer bolo veraniego, el italiano sólo pudo realizar cinco cambios, como si de un encuentro oficial se tratase, por lo que sólo pudo ver a 16 futbolistas, la mitad de ellos del filial rojillo. El segundo amistoso de pretemporada del equipo jabato se saldó con un empate a uno en Lasesarre ante el Barakaldo, gracias a una buena actuación de uno de sus fichajes, el portero Raúl Fernández, que detuvo un penalti.
«El Club Deportivo Mirandés sigue trabajando como es habitual en la confección de la plantilla, para disputar con la mayor de las ilusiones y garantías una nueva temporada en la Segunda División del fútbol profesional español», ha apostillado el club en un comunicado.