Cumplió su sueño de llegar a Primera División y luego pasó sus últimos años de carrera en Italia. Tras colgar los botines, comenzó un negocio gastronómico con su mujer, con quien tiene dos hijas.
27 de junio 2024, 10:36hs
El apellido Pezzella remite inexorablemente a Germán, el defensor central que debutó en River Plate, fue campeón del mundo con la Selección argentina en el Mundial de Qatar 2022, se mantiene como referente del Betis de LaLiga de España e integra el plantel nacional en la Copa América 2024. Menos conocida es la historia de su hermano, Bruno Pezzella, quien también fue futbolista y que, tras el retiro, comenzó una nueva vida completamente diferente: va a ser arquitecto y lleva adelante un negocio gastronómico.
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Bruno Pezzella nació el 22 de diciembre de 1988 en Bahía Blanca, casi tres años antes del nacimiento de Germán -el 27 de junio de 1991-. Comenzó a jugar al fútbol en Kilómetro 5, el club de su barrio. Luego pasó por las inferiores de Juventud Unida de Algarrobo y Olimpo. Finalmente, debutó en Primera en 2005 con la camiseta de Bella Vista, a sus 17 años. Allí permaneció hasta 2010, cuando pasó a Luján de Cuyo.
Un año después, en 2011, firmó contrato con Central Español de Montevideo. Allí recibió el llamado de Ricardo Zielinski, que acababa de ascender a Belgrano a la máxima categoría luego de vencer en la promoción a River Plate, que descendió a Primera B Nacional el 26 de junio de 2011. De esa manera, se sumó a la institución de Córdoba.
La llegada de Bruno Pezzella a Primera División: “El sueño de toda mi vida”
“Recuerdo mi debut. Fue contra Sacachispas, por la Copa Argentina. Entonces no se televisaban esos partidos así que yo estaba con la cabeza en saber si mi familia iba a poder seguir las alternativas del encuentro. Estaba entrando en calor y lo único que pensaba era eso. Era el sueño de toda mi vida, por el que tanto había luchado. Fue sin dudas uno de los momentos más lindos de mi carrera. Llegué a jugar en la Bombonera, en el Nuevo Gasómetro y de local en el Mario Alberto Kempes”, recordó en una entrevista con La Nueva.
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Permaneció solo una temporada en el club cordobés y luego viajó a Chile para sumarse a San Luis de Quillota, mientras que luego firmó con Unión La Calera. No obstante, solo disputó algunos amistosos por problemas con el cupo de extranjeros. Más tarde regresó a la Argentina para jugar en Almagro. En 2015 pasó a Santamarina de Tandil, equipo con el que perdió frente a Patronato la final por el ascenso a Primera. En 2016 vistió la camiseta de Deportivo Roca, del Federal A.
El retiro en Italia y su nueva vida, entre la arquitectura y la gastronomía
Un año después, cambió de rumbo nuevamente: viajó a Sicilia, Italia, para formar parte del Akragas, que militaba en la Serie C. “Otra experiencia increíble, una ciudad hermosísima, un club muy profesional, con el cual enfrenté a equipos grandes como el Catania y al Lecce. Estaba en mi mejor estado, físico y mental. Tuve un gran año, al punto que llegué a ser el capitán y referente del equipo”, contó.
Aunque tenía proyectos a largo plazo, el club cambió de dueño mientras Pezzella estaba de vacaciones en Bahía Blanca y el nuevo mandatario, Silvio Alessi, comunicó que la institución no se inscribiría para jugar la próxima temporada en la Serie D, a la que había descendido. Por lo tanto, se vio obligado a cambiar de rumbo.
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Fue entonces que Bruno pasó al Messina, que había caído a la Serie D por sus fuertes deudas. “Era el club más grande de Sicilia, que armó un equipo para ascender. Perdimos la final pero nos quedaba el repechaje. En ese ínterin, una vez más me toca vivir la misma experiencia: se desintegró la sociedad que gerenciaba el club. Ahí dije ‘basta’. Era el momento de regresar a Bahía Blanca”, explicó Bruno, que decidió colgar los botines.
De vuelta en la Argentina, se inscribió en la carrera de arquitectura de la Universidad Nacional del Sur (UNS) de Bahía Blanca. Mientras él estudiaba, su mujer, Madeleine Marie Laura, con quien tiene dos hijas, vendía tortas a través de las redes sociales. El éxito fue tal que ambos pusieron un food truck de pastelería y cafetería, que luego pasó a ser un local mucho más grande.
Ahora, mientras cursa las últimas materias no solo lidera ese emprendimiento gastronómico, sino que también trabaja en un estudio de arquitectura. Muy atrás quedó su etapa como futbolista que proyecta en el éxito de su hermano menor. “Siento claramente que he vivido dos vidas”, consideró el Pezzella menos conocido, mientras Germán persigue el objetivo de ganar la Copa América por segunda vez, después de haberse consagrado en Brasil 2021: es, a su vez, uno de los 21 campeones del mundo presentes en el torneo continental de Estados Unidos..