La construcción de una planta de licuefacción de gas natural y toda su infraestructura asociada para que la Argentina se convierta en un mega exportador de Gas Natural Licuado (GNL) desató una pelea entre los gobiernos de las provincias de Buenos Aires y Río Negro, que se esconde detrás de la Ley Bases y el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
Las petroleras YPF y Petronas (Malasia) son las que lideran el proyecto, que sería la «mayor obra de infraestructura» de la historia argentina, con inversiones por 30.000 millones de dólares desde 2025 a 2031. Si se concreta, la Argentina podría alcanzar exportaciones de energía por también US$ 30.000 millones pero cada año, contabilizando también las ventas de petróleo al exterior.
YPF estudia la factibilidad de hacer la obra en Punta Colorada (Río Negro) o Bahía Blanca (Buenos Aires), atado a que el Congreso apruebe el título más importante de la Ley Bases. «Sin RIGI, no hay GNL«, repite su presidente, Horacio Marín, quien quiere llevar a Kuala Lumpur, Malasia, esa garantía para que Petronas acelere su Decisión Final de Inversión (FDI, por sus siglas en inglés) antes de julio de 2025.
El lugar «natural» de la planta sería Bahía Blanca, que ya tiene construido el puerto y una historia operacional. Allí también desarrolló un polo petroquímico que podría aprovechar el gas para ampliar su producción industrial.
Sin embargo, Río Negro fue a la ofensiva para quedarse con esa mega obra. La decisión conjunta de YPF y Petronas se tomaría el mes que viene.
Según fuentes conocedoras del sector, ambos lugares tienen ventajas y contras comparativas para alzarse como ganadores de la instalación del proyecto.
Ventajas y desventajas
En Punta Colorada, Río Negro, YPF va a construir un puerto de aguas profundas para que sea la terminal de exportación de petróleo crudo de Vaca Muerta. La empresa anunció este martes que arrancó con los primeros 130 kilómetros del oleoducto Vaca Muerta Sur, que en su máxima capacidad operativa a partir de mediados de 2026 permitirá transportar unos 390.000 barriles diarios (bpd) y terminar con los cuellos de botella en la evacuación de shale oil, mientras Oleoductos del Valle (Oldelval) completa sus proyectos Duplicar Plus y Triplicar que ampliará la salida del petróleo hacia Bahía Blanca.
Aprovechando esa inversión en crudo, Río Negro podría desarrollar un hub energético en el que garantiza mayor facilidad para los permisos terrestres y una baja de impuestos, además de que se generaría actividad económica en una provincia en lugar de concentrar todo en Buenos Aires.
El desarrollo del gas licuado no solo necesita una planta onshore -en tierra- de licuefacción (que enfría el combustible a 161 grados bajo cero para comprimir su volumen en 600 veces y facilitar el transporte por barcos), sino también la construcción de al menos tres gasoductos paralelos «dedicados» plenamente a ese proyecto similares al Néstor Kirchner, con una capacidad superior a los 20 millones de m3 diarios (MMm3/d) y un costo cercano a los US$ 2.000 millones cada uno.
Por el lado de Bahía Blanca, la ciudad bonaerense ya tiene su puerto, accesibilidad vial, transporte de energía eléctrica, operarios especializados y demanda potencial para el gas natural -la industrialización en el país con la petroquímica, cuyos productos como la urea tienen mayor valor económico que la materia prima-.
En el debe, se anota que precisamente el puerto tiene más tráfico marítimo. «Si un barco con el gas licuado se demora en salir, puede generar una pérdida de 300 o 400 millones de dólares, lo que incrementa mucho el riesgo», comentó una fuente al tanto del proyecto. Además, la provincia no ofrece ningún beneficio en materia de impuestos. En la industria provocó especial inquietud que el gobernador Axel Kicillof se hubiera dejado ganar terreno por el avance de Alberto Weretilneck.
El proyecto Argentina LNG
La concreción del «Argentina LNG» o del Gas Natural Licuado está atada a varios factores. Sobre todo, la aprobación del RIGI. Los votos a favor o en contra de los senadores -representantes de las provincias- podrían ser determinantes para volcar definitivamente la balanza. El régimen otorga una fenomenal baja de impuestos, beneficios para las importaciones de insumos y manos de obra sin aranceles, y la libertad absoluta para disponer de los dólares a partir del tercer año de la inversión. El proyecto también depende de que las otras petroleras privadas como Tecpetrol, Pampa Energía y Pan American Energy (PAE) aporten financiamiento.
La idea de Horacio Marín es que para 2029 esté operativo el primer barco licuefactor, que se construirá totalmente en el exterior, y tendrá una capacidad de 20 MMm3/d. En 2030 se agregaría otro buque con la misma capacidad, y en 2031 estaría lista la planta en tierra con un volumen de 80 MMm3/d, para un total de 120 millones de m3 diarios exportables, lo que casi duplicaría la producción actual de gas de la Argentina.
Para que sea rentable, se necesita que el precio del gas en puerto sea inferior a los 8 dólares por millón de BTU, y en Vaca Muerta cueste menos de US$ 3. Esto último es perfectamente alcanzable actualmente, dado los costos de abastecimiento locales.