Desde que la guerra de los 12 días estalló en junio entre Irán, Israel y posteriormente Estados Unidos, el régimen terrorista del Ayatolá ha intentado presionar a Washington exigiendo compensaciones económicas y garantías de seguridad como condición para retomar las negociaciones nucleares.
En lo que ha sido interpretado por analistas como un claro intento de extorsión, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, declaró que Estados Unidos debía «explicar su agresión» y pagar por los daños causados a su programa nuclear.
Irán presentó estas demandas luego de que Israel lanzara un ataque sorpresa el 13 de junio contra territorio iraní, incluidos sitios nucleares y bases militares, provocando una respuesta militar de Teherán y finalmente una intervención directa de Estados Unidos, que lanzó misiles contra las instalaciones nucleares de Fordow y Natanz, obliterando los planes nucleares del Ayatolá.
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Estados Unidos responde a la extorsión iraní.
La respuesta del gobierno de Donald Trump fue tajante. El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Tommy Pigott, calificó las exigencias iraníes de «ridículas» y acusó al régimen de estar presionando mientras continúa financiando grupos terroristas en la región.
»Si realmente quisieran ahorrar dinero, dejarían de financiar escuadrones de la muerte y oprimir a su pueblo», dijo Pigott, reafirmando que Estados Unidos está dispuesto a negociar, pero solo si Irán actúa primero para reducir la tensión y demuestra buena fe.
El gobierno estadounidense dejó claro que no cederá ante presiones o amenazas iraníes. La exigencia de «medidas de creación de confianza» por parte de Teherán, principalmente dinero y garantías de no agresión, fue considerada por Washington como una forma de chantaje inaceptable.
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El régimen redobla la apuesta.
En lugar de debilitar su postura, la administración Trump endureció su posición. Cualquier avance en las negociaciones dependerá exclusivamente de cambios en el comportamiento del régimen islámico.
Mientras tanto, Irán ha suspendido su cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y existen sospechas sobre su stock de uranio enriquecido, lo que subraya un comportamiento inaceptable por parte del país persa.
A nivel diplomático, Araghchi amenazó con cortar relaciones con Europa si los países del E3 (Reino Unido, Francia y Alemania) activan el mecanismo de »snapback» para restaurar sanciones de la ONU.
Dicho mecanismo es una cláusula del acuerdo nuclear de 2015 firmado por Obama que permite a cualquier miembro del Consejo de Seguridad de la ONU restablecer automáticamente todas las sanciones contra Irán si se determina que Teherán ha incumplido sus obligaciones. No requiere consenso, lo que impide que otros países veten su activación.
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