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Lancia recupera las míticas siglas HF con el Ypsilon eléctrico Acierto o error?

El Lancia Ypsilon HF ya es una realidad. Y lo más importante: no es solo una versión vitaminada del nuevo Ypsilon eléctrico. Es, directamente, el coche que lidera el renacimiento deportivo de una marca que ha hecho historia en los rallyes, y que revive las míticas siglas HF con este modelo. Una propuesta con 280 CV, tracción delantera y diferencial Torsen autoblocante, que combina rendimiento y tecnología en un formato compacto que sorprende tanto por ficha técnica como por sensaciones al volante. Además del Ypsilon HF, Lancia también ha presentado una versión HF Line, con motor híbrido de 110 CV y estética inspirada en el universo HF. Pero esa, como suele decirse, es otra historia.

Lanci Ypsilon HF / Edgar Vivó

Potencia con carácter

El nuevo Ypsilon HF monta un motor eléctrico de 280 CV y 345 Nm de par, alimentado por una batería de 54 kWh con arquitectura de 400V. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos, alcanza los 180 km/h de velocidad máxima y ofrece una autonomía homologada de 370 km (WLTP). Admite carga rápida: hasta 100 km en 10 minutos.

Sin embargo, lo interesante del modelo va más allá de los números. La base técnica se ha trabajado a fondo con elementos que no se ven, pero se sientes: suspensión rebajada (-20 mm), vía ensanchada (+30 mm), rigidez aumentada del chasis, frenos Alcon con discos de 355 mm y diferencial mecánico Torsen, un componente clave para su comportamiento.

Lanci Ypsilon HF / Edgar Vivó

Prueba en circuito: aplomo, agilidad y confianza

Pudimos conducir el Ypsilon HF en el circuito de pruebas de Balocco, el centro técnico de Stellantis en Italia. Allí, Lancia ha estrenado incluso una pista específica llamada Lancia HF Track. Durante la jornada realizamos tres tipos de prueba: un trazado largo tipo carretera con curvas amplias, una pista convencional y un recorrido con conos a modo de contrarreloj.

Más allá de su potencia —que ya impresiona sobre el papel— lo que más destaca del Ypsilon HF es su aplomado paso por curva. En apoyos largos transmite una gran sensación de seguridad, con un comportamiento muy neutro y estable. El diferencial autoblocante no solo mejora la motricidad, sino que aporta agilidad en curva lenta y precisión en curva rápida. Aquí marca diferencias respecto a muchos eléctricos deportivos del segmento, incluido el Alpine A290.

Interior del Lancia Ypsilon HF / Lancia

Otro punto fuerte es el tacto y guiado de la dirección, directo y bien calibrado. Menos logrado está el pedal de freno: la frenada es potente, pero se nota un exceso de recorrido y cierta respuesta en dos fases. No es esponjoso, pero cuesta dosificar con precisión al principio. También echamos en falta unas levas para regular la retención del motor y el nivel de regeneración.

En cualquier caso, es un coche que permite ir muy rápido en circuito, pero sin exigir un pilotaje agresivo: transmite confianza desde el primer momento. A la vez, es un eléctrico cómodo para el día a día, con suspensiones que filtran bien y sin renunciar al confort.

Estética radical, interior con identidad

A nivel visual, el HF se diferencia claramente del resto de la gama. Presenta un diseño más bajo, musculoso y agresivo, con paragolpes exclusivos, difusor trasero, llantas de 18 pulgadas, pasos de rueda ensanchados y detalles en negro. El nuevo logo HF con el elefante rojo aparece en varios puntos clave.

El interior está a la altura: asientos deportivos con tapizado tipo ‘canelón’ en Econyl, volante de cuero perforado, pedales de aluminio, iluminación ambiental y una interfaz S.A.L.A. específica con gráficos HF. Todo el conjunto respira deportividad y tecnología.

Lancia Ypsilon HF / Lancia

Con el Ypsilon HF, Lancia demuestra que su vuelta al mundo de las altas prestaciones va en serio. No es un eléctrico potente más. Es un coche trabajado en chasis, afinado con criterio y con un comportamiento que lo pone un paso por delante en sensaciones.

Es también el regreso de unas siglas míticas a un modelo de calle. Y aunque los tiempos han cambiado, y la electrificación es inevitable, el espíritu de aquellos Fulvia y Delta HF sigue vivo en este compacto de 280 CV. Un coche que no pretende ser masivo, pero sí marcar un antes y un después en el relanzamiento de Lancia.

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