Raúl Espineda abandonó su nombre para ser el hombre que representa a Santa Claus frente a los niños y las niñas que buscan conocerlo.
22 de diciembre 2023, 03:50hs
Raúl Espineda, el fletero que en diciembre se convierte en Papá Noel (Foto: TN).
Antes de sentarse junto a su esposa en la mesa de madera ubicada en el centro del comedor, Papá Noel se mira al espejo y se peina la barba. Su rutina de cada mañana continúa con una taza de café y dos tostadas a las que a veces le pone queso crema y a veces mermelada.
A los 73 años, Raúl Espineda casi que ni usa su nombre: es Papá Noel desde que se despierta hasta que se va a dormir. Desde el primer día del año hasta el último, en la calle, en el supermercado o en el Unicenter Shopping, en el que cada diciembre recibe las cartas y los saludos de miles de niños y niñas.
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A pesar de estar jubilado, Papá Noel precisa un ingreso extra para mantener su hogar. Es por eso que en 2010, cuando estaba cerca de conseguir su jubilación, pidió un préstamo bancario para comprar una camioneta y trabajar como fletero.
“Lo de Papá Noel surgió de una forma casual. No es que lo busqué. Me pararon en la calle y me preguntaron, como si hubiera sido un enviado de Papá Noel, si quería representarlo acá en Argentina”, contó a TN.
“Tengo una perspectiva económica interesante. Me tengo que mover como cualquiera que esté caminando por la calle. No cualquiera puede estar en el lugar que estoy yo, hay que ser bastante sensible”, dijo Papá Noel.
En relación a su trabajo como fletero, el hombre que vive en el barrio porteño de Belgrano relató: “A veces salen algunos laburos extras para poder llegar a diciembre. Manejo mi camioneta, hago algún trabajito, pero siempre con la perspectiva de que llega diciembre y tengo que estar con los chicos”.
Papá Noel precisó: “Me llaman y voy a determinados lugares. A un negocio o una casa para ayudar a una persona a mudar algo”.
Aunque evite hablar de dinero, reconoció que su actividad en diciembre, la cual comienza el primero y termina el 24 a la noche, es fundamental en su vida, dado que “Papá Noel tiene sus propios gastos”.
“¿Cómo describiría ser Papá Noel? La primera vez tuve una sensación rara, porque me tocaron con la varita mágica y sucedió. Los chicos te enseñan a vos a vivir más que vos a ellos. Es un encuentro, en cierta forma, mágico. Es como que te metes en el mundo de ellos, que antes era mi mundo también. Y se produce una conexión, a través de las miradas y los gestos, sin que haya palabras”.
“Lo más difícil es no abstraerse de la realidad. Los chicos viven una fantasía y la realidad es otra. Pero en ese tiempo lo logramos”, aclaró.
“Siempre me piden cosas referidas a la familia. Los más chicos se emocionan cuando me ven, se quedan paralizados, y eso es bueno. Las criaturas son inocentes y hay que fortalecer su fantasía”, indicó Papá Noel.
El hombre detrás del traje rojo aseguró que cuida su pelo y su barba durante todo el año. Y que su look nació a partir de sentir cortarse el pelo o afeitarse era negar algo suyo.
“Durante el año, fuera de lo que es el mes de diciembre de Navidad, Papá Noel prepara las cosas para cuando llega este momento. Camino por las calles para ver qué piensan los niños y cómo están viviendo el momento previo a las Fiestas. Escucho, veo y aprendo, más que nada qué es lo que quieren o lo que buscan”, sostuvo.
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Papá Noel completó: “Para los que nunca me conocieron, me vieron en persona, en sí no les digo algo específico, sino que si algún día sucede les voy a dar mi tiempo para que me asimilen. Para que empiecen a darse cuenta de que soy Papá Noel, porque en definitiva no tengo que convencerlos: más bien esperar a que ellos reaccionen y procesen el momento”.
Video, fotos y realización: Lele Heredia.
Edición de video: Natalia Cevallos.