‘Solo Kim’ es un corto preciso y delicado, a la vez que quirúrgico, sobre varios temas que los gobiernos son incapaces de solucionar o de, al menos, plantear con una cierta coherencia. El filme realizado por Javier Prieto de Paula y Diego Herrero ganó la Biznaga de Plata y el premio del público al mejor corto de ficción en el pasado festival de Málaga y es candidato a los Goya. Está disponible en Movistar Plus+ y es difícil encontrar en el panorama actual una propuesta más certera.
En poco menos de media hora de metraje, narra los diversos conflictos a los que se enfrenta el joven Kim, un inmigrante ilegal filipino en Badalona que está en pleno proceso de transición. Lo incorpora Shaina Kim Cabral Luis, quien se interpreta a sí mismo. En los créditos, el nombre de Shaina aparece tachado con una cruz. Solo Kim, que es la frase que dice en el último plano del corto.
Porque Rose Kim, como le llama todo el mundo, está tan nervioso como ilusionado con la inminente operación a la que va a someterse para sentirse bien con su cuerpo y ser quien desea ser. El corto ha contado con el concurso de intérpretes conocidos. En las primeras escenas, Kim habla con el médico encarnado por Oriol Pla, quien le explica las pautas a seguir una vez sea operado. También lo hace con la enfermera que interpreta Anna Alarcón (a quien en la reciente ‘Supernatural’ la hemos visto contar su propia experiencia con un sanador), y esta le advierte de que si no acaba de pagar la cuota económica, la operación no podrá hacerse y deberá pasar a una lista de espera que puede prolongarse hasta los seis meses.
Una imagen de ‘Solo Kim’ / Selected Films
Uno de los puntos fuertes del corto es la interpretación de Kim Cabral. Hay tanta verdad en cada una de sus expresiones que resulta muy difícil no identificarse plenamente con todo lo que experimenta en la película. Ante una decisión tan compleja como el cambio de sexo, se suma la carencia económica y la situación irregular que no le permite tener una cuenta bancaria o el alquiler de un piso. Pese a ello, Kim tiene un trabajo que le llena plenamente: cuida de Camila, la hija recién nada de la mujer a la que da vida Nausicaa Bonnín.
Una persona íntegra
El vínculo entre Kim y la bebé está muy bien explicado, así como las dudas que atenazan al protagonista desde que descubre un sobre lleno de dinero en la cómoda de la casa. Con ese dinero podía pagarse la operación. Los directores filman el mueble como un objeto tentador, pero Kim toma decisiones siempre honestas. Es una persona frágil, vulnerable e íntegra. Solo esconde su condición de género para no perder un trabajo que la vincula al mundo: los planos de Kim jugando con la pequeña son preciosos. Por eso lo que ocurre en la parte final resulta bastante devastador.
Todo cine es de un modo u otro político. Luego hay películas explícitamente políticas, de tesis, más o menos objetivas o que toman partido. Lo más interesante, y difícil de lograr, es hacer cine político sin que aparente serlo. ‘Solo Kim’ es un buen ejemplo. Una ficción que toma la forma del documento de un personaje y una coyuntura tremendamente reales. Y muy bien rodado e interpretado, bien regulado en su considerable emotividad.
Si obtuviera el Goya al mejor corto de ficción, el protagonista no podría subir a recibirlo con los directores y productores del filme por estar en situación ilegal. El próximo 16 de diciembre se realizará un pase del cortometraje para inmigrantes irregulares. Es uno más de los actos promovidos para visualizar un problema sin aparente solución gubernamental. A través de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de recogida de firmas, con apoyo de más de 900 asociaciones, se ha propuesto un proyecto de ley para la regulación extraordinaria de las 500.000 personas que se encuentran en situación similar a la del protagonista. Pero al margen de las 30.000 regularizadas por decreto para que ayudaran en Valencia tras la dana, el Gobierno español sigue posponiendo el debate. Un filme como ‘Solo Kim’ agita, sin alzar la voz, este necesario debate.
Suscríbete para seguir leyendo
