El acoplamiento entre los niveles del hielo marino, las condiciones oceánicas y los fenómenos de la atmósfera parecen incidir en conjunto en los cambios globales que impactan en el calentamiento de los océanos, funcionando como un predictor eficaz de estas modificaciones.
Un estudio publicado en la revista Earth System Dynamics y difundido por la Unión Europea de Geociencias (EGU) concluye que la extensión del hielo marino antártico actúa como un potente predictor del calor que absorberán los océanos en las próximas décadas.
La investigación propone establecer una relación entre observaciones actuales y proyecciones futuras, que permita reducir la incertidumbre en estimaciones de calentamiento oceánico y atmosférico. El equipo científico analizó 28 modelos del sistema terrestre del proyecto CMIP6 y los combinó con observaciones satelitales del período 1980–2020.
Una relación intensa
Al comparar la extensión estival del hielo marino antártico en los modelos con los registros reales, los autores encontraron una fuerte relación entre la cantidad de hielo presente en la actualidad y la captura de calor por el océano, entre 2024 y 2100. Este enfoque estadístico permite “afinar” las proyecciones, que hasta ahora mostraban una amplia dispersión entre modelos.
Los resultados indican que al incorporar la observación real del hielo antártico, las proyecciones de captura de calor oceánico para fines de siglo aumentan entre 3 % y 14 % respecto al promedio. En tanto, la retroalimentación de calor desde las nubes a escala global se eleva entre 19 % y 31 %, y el calentamiento superficial global se ajusta entre un 3 % y un 7 % por encima de lo estimado previamente. Además, el uso de esta relación reduce la incertidumbre en las proyecciones de captura de calor oceánico entre un 12 % y 33 %, según el escenario considerado.
De acuerdo a una nota de prensa, un vínculo físico explicaría por qué un elemento como el hielo marino, que cubre menos del 4 % de la superficie oceánica, tendría tanta influencia. Los modelos que simulan más hielo antártico hoy tienden a representar aguas superficiales y profundas más frías y una mayor cobertura de nubes en latitudes medias del hemisferio sur.
Mejorar las proyecciones
Dicha configuración inicial condiciona la respuesta ante la incidencia de gases de efecto invernadero: la pérdida de hielo reduce nubes, aumenta la radiación que llega a la superficie y acelera la absorción de calor por el océano, amplificando tanto el calentamiento atmosférico como el oceánico.
Referencia
Increased future ocean heat uptake constrained by Antarctic sea ice extent. Linus Vogt et al. Earth System Dynamics (2025). DOI:https://doi.org/10.5194/esd-16-1453-2025
Hasta hoy, muchos modelos muestran un Océano Austral demasiado cálido en condiciones preindustriales, un escenario que conduce a subestimar la capacidad futura de los océanos para acumular calor. De esta manera, las estimaciones actuales de impactos, ya sea desde el aumento de la temperatura del mar hasta el estrés en ecosistemas marinos, podrían ser demasiado optimistas.
Los investigadores destacan la necesidad de mantener una continuidad en la observación satelital y mejorar la representación de nubes y la hidrográfica profunda en los modelos climáticos. Estos esfuerzos permitirán optimizar las proyecciones y disponer de un esquema más realista para evaluar futuros impactos.
