El Viva 2025, evento anual de Vox en el que la formación de la extrema derecha hace una exhibición de músculo político y alianzas internacionales, y que tendrá lugar este fin de semana en la Plaza de Vistalegre en Madrid, venía marcado por la ausencia del presidente argentino Javier Milei, que se caía del cartel de manera inesperada en los últimos días tras su severa derrota frente al peronismo en Buenos Aires. Pero las circunstancias han hecho que la cumbre de los de Santiago Abascal no pierda foco, sino todo lo contrario, tras la histórica condena por golpismo contra el ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y después del asesinato en Estados Unidos del activista conservador cercano a Donald Trump, Charlie Kirk, cuyo asesino era finalmente detenido por el FBI este mismo viernes.
Ambos no han tardado en ser convertidos en ‘mártires’ por el tercer partido político del Congreso de los Diputados, como por otra parte está ocurriendo con Kirk en el mundo conservador americano. Al mismo tiempo, con acentos distintos y no tanta vehemencia, el Partido Popular (PP) se ha puesto a la cabeza de la condena del asesinato perpetrado en un campus universitario de Utah, cuando el considerado niño prodigio de los nuevos conservadores americanos ofrecía uno de sus masivos actos en los que bajo el lema «prueba que estoy equivocado», abría un diálogo con el público, dentro de un clima festivo y de mitin político, más que de charla académica propiamente dicha.
El propio Alberto Núñez Feijóo se pronunció en las redes sociales el mismo miércoles del crimen por la noche, cuando el tiroteo acababa de conmocionar a Estados Unidos, pero aún no se había comunicado el fatal desenlace del mismo. Y este viernes, durante un mitin en Málaga junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, advirtió que «quienes son víctimas de la violencia política son, ante todo, víctimas. Y quien asesina a una persona por lo que piensa es simplemente un verdugo y un asesino, y debemos de decirlo claramente, con independencia de quién sea», concluyó vitoreado por los simpatizantes del PP andaluz. Ahondando en el argumento, el líder de la oposición exclamó que «aquel que minimiza el asesinato de un hombre por su ideología, le digo: el ultra eres tú, y no la persona que ha caído asesinada».
«Los secuaces de Lula»
Feijóo, sin embargo, evitó pronunciarse sobre la condena a Bolsonaro. Todo lo contrario que Abascal, quien hace tiempo que realiza una encendida defensa del antecesor de Luiz Inacio Lula da Silva en la presidencia brasileña. El líder de Vox mostró su apoyo a Bolsonaro «y a su familia», ante lo que no dudó en calificar de «venganza política y represiva de Lula y sus secuaces». A juicio del presidente de Vox, «lo único que persiguen es acabar con la esperanza de millones de brasileños que representa Bolsonaro frente a la corrupción y la deriva totalitaria de Lula».
Por lo demás, tanto Abascal como sus principales portavoces han elevado el tono tras el asesinato de Kirk en la estela del mismo Trump, quien no ha dudado en culpar a la «izquierda radical» de haber creado el caldo de cultivo necesario para que un crimen como el de Utah tuviese lugar. El portavoz de la Ejecutiva de Vox, José Antonio Fúster, participó el jueves por la noche en la vigilia frente a la embajada de EEUU en Madrid en homenaje a Kirk y desde allí martilleó con una acusación que ya había lanzado Abascal, la de que el crimen fue obra de «los de siempre». Los mismos, relató, que asesinaron este mismo año al político conservador colombiano Miguel Uribe, o hace unos años al ex primer ministro japonés Shinzo Abe, los que dispararon contra Trump o los que apuñalaron al propio Bolsonaro hiriéndolo de gravedad, enumeró.
Nada dijo el portavoz nacional de Vox de otros episodios de violencia política recientes, como por ejemplo los sufridos por miembros del Partido Demócrata americano. La speaker Nancy Pelosi, cuyo marido tuvo que ser hospitalizado hace tres años tras el asalto que sufrió en su casa a manos de un hombre que entró con un martillo preguntando por la senadora. Para Fúster, como para Vox, la violencia viene de un lado, el de la izquierda, y hay una resistencia en marcha contra ella. «Da igual porque ayer [por el miércoles] nacieron cientos de miles, quizás millones de Charlie Kirk que están hasta las narices de estar callados, y que van a utilizar la palabra allá donde puedan hacerlo, rebelándose contra la dictadura de lo progre, y van a seguir librando la batalla que él libró». En su discurso no faltó un ataque a «algunos medios» que tanto en Estados Unidos como en España, según dijo, habrían alentado el asesinato, llamando en su día «nazi» al joven activista, nacido en 1993.
Abascal, por su parte, ha llegado a referirse estos días de manera velada a los años más duros de ETA que él mismo vivió desde muy joven como dirigente entonces del PP vasco, partido al que pertenecía su padre. Kirk será a título póstumo la gran estrella del Viva 2025, que estará marcado desde este sábado por discurso en su memoria y homenaje, sin perder de vista la reivindicación de Bolsonaro, condenado ahora a casi treinta años de prisión.
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