El efecto champán que estalló tras la pandemia, cuando viajar se volvió más importante todavía, se sigue desinflando. El coste de la vida pasa factura a casi todos y «los turistas en una Mallorca con los precios más altos este año ya se miran los bolsillos». Lejos de llevarse las manos a la cabeza porque vengan menos alemanes en pleno verano lo que se barrunta es que «no hay síntomas de que esté pasando algo en los mercados emisores. No se ha producido una desacelaración. La bajada es residual, no es significativa y en los restaurantes ya se lamentaban el año pasado».
Así dibujan fuentes del sector el panorama de otra «buena temporada después de que 2024 fuera de récord en precios y aumento de turistas». «Está bien que no vengan tantos», deja caer el directivo de una de las grandes hoteleras. «Las cadenas van bien, igual a algunas zonas de Mallorca u hoteles más pequeños no les van tan bien como el año pasado, pero tampoco peor».
«Se prefiere estar al 85 % y sacar más rentabilidad. Antes si en agosto no llegabas al 100 % era un drama»
Con septiembre a pleno rendimiento —continuamos en temporada alta en un mes que sigue ganando adeptos, se subraya— lo que destaca otra voz experta es que «se empieza a estabilizar la actividad turística en la isla con crecimientos más moderados. Es verdad que el mercado alemán ha bajado, pero es que Mallorca se equilibra con otros, como el mercado francés, que sube, el polaco, el checo…, y el americano no crece, pero también se estabiliza».
Han sido tantas las marcas que se han ido batiendo en Baleares que los titulares que empiezan con la palabra récord dejaron de llamar la atención. Aquel año histórico que fue 2019, justo antes de la crisis del covid —con 16,4 millones de turistas en el archipiélago— dejó paso al pozo de la pandemia, con tres escasos millones de visitantes en 2020. Con la vuelta a la normalidad volvieron las oleadas hasta cerrar el año pasado con 18,7 millones de viajeros.
«Hay que hablar de valor, no de volumen», insiste un empresario. «No ha habido ofertas. Ya hay un cambio de paradigma entre muchos hoteleros. Se prefiere estar al 85 % y sacar más rentabilidad. Antes si en agosto no llegabas al 100 % era un drama«. Y lo más importante, «el gasto medio por cliente es mayor que el año pasado».
Según el Institut Balear d’Estadística (Ibestat) el gasto medio por turista en julio llegó a 1.382 euros en el archipiélago (1.403,9 euros en Mallorca); aumentó el 1 %. Y el gasto diario fue de 225 euros (+9,87 %).
En el acumulado hasta julio se superan los 12.971,6 millones de euros en gasto, con una subida del 4,7 %. En esos siete meses han llegado a las islas casi 11 millones de viajeros nacionales e internacionales, un 2,5 % más. ¿Qué va mal en Mallorca?
«Hasta ahora los datos son muy buenos. Todas las zonas van bien. Igual algunas bajan en ocupación, pero con estos precios va mejor», indica Pedro Marín, presidente de la Asociación Hoteleros de Playa de Palma. «Tras la pandemia hemos ido creciendo cada año. Y tenemos la suerte de que los precios están más altos, se van acoplando a las mejoras en los hoteles. 2025 será también muy buen año». Con una ocupación del 89 % en julio (cuatro puntos menos que en 2023) «no nos podemos quejar para nada», remata el líder del principal destino turístico en Mallorca.
Según Segittur, dependiente de la Secretaria de Estado de Turismo, en julio hubo una caída del 15 % en restauración, del 9 % en textil o del 4 % en otros comercios, de acuerdo a transacciones con tarjetas de crédito y débito en Baleares. Por contra, sube un 4 % en alimentación (gasto en supermercados).
Marín pone en la palestra el tema del verano, la caída del gasto en los restaurantes. «Parece que nos echan la culpa a nosotros. » ¡Cuando llegar a un 60 % de media pensión es un éxito!».
El aludido es Juan Miguel Ferrer, presidente de Restauración CAEB Mallorca. «La restauración baja en todas partes, no solo aquí», dice Ferrer. En agosto la caída de la facturación ha sido de un 30 %. «Hay una corrección a la baja viniendo de años excepcionales, pero no hay crisis», zanja e insiste en que «el vuelo y el hotel se ha encarecido un 50 % en cuatro años».
«Si nos suben el convenio no lo vamos a regalar; no ponemos estos precios porque seamos avariciosos»
«No podemos ir siempre de récord en récord», opina Inés Batle, presidenta de la Asociación Hotelera de Cala Millor. «Agosto ha ido muy bien. Algunos en julio pincharon por una subida de precios bestial». Se han vuelto a programar las vacaciones, como antes de la pandemia. «Todo el mundo va a viajar, igual menos días y por eso tenemos récord de turistas». Ante la Mallorca con precios por las nubes, Batle destaca que «la isla es segura y hay una calidad que no tienen otras zonas de Europa y España. Y si nos suben el convenio no lo vamos a regalar. El 40 % de los gastos se van en personal y tenemos obligación de ofrecer producto local. No ponemos estos precios porque seamos avariciosos».
El gráfico que acompaña esta información muestra el precio medio por persona de unas vacaciones para un turista español en destinos nacionales y Punta Cana. Reservando con antelación sale más a cuenta irse hasta República Dominicana, según un análisis de Mabrian Travel Intelligence.
«Los datos pueden parecer llamativos —considera Carlos Cendra, socio y director de Marketing y Comunicación en Mabrian—, pero hay que considerar las diferencias entre productos y la evolución de precios en los últimos años, que ha respondido a dinámicas muy diversas en estos destinos. La experiencia turística balear, más diversa y compleja, está contribuyendo a incrementar los precios y a atraer diversos perfiles de viajeros, no solo en verano, también a lo largo del año, lo que también es una buena noticia».
«Hemos tocado techo con los precios», dice Christoph Gräwert, del hotel Samos de Magaluf. «Al infinito no podemos llegar, hay que ser realistas, esto no es sostenible». «No estamos ante la misma temporada que otros años. Se ha normalizado y volvemos a la prepandemia», advierte Mauricio Carballeda, presidente de los hoteleros de Palmanova -Magaluf. «Todos los mercados han bajado, pero han subido los precios y seguimos apostando en la zona por la calidad. Estamos cambiando el tipo de segmento de cliente, que gasta más, y llevará un tiempo»».
Desde Ciutat el verano se ve desde una óptica «muy similar a 2024, excepto para los hoteles boutique en el centro que han bajado un 10 % en estancias», apunta Francisco Serrano, presidente de la Asociación Hotelera de Palma.
En julio cayeron las pernoctaciones un 7,25 % —el 14 % en Ibiza— y en el acumulado hasta julio, un 1,15 % con más de 64 millones, según el Ibestat.
«Hasta el 31 de agosto el comportamiento ha sido similar al año pasado», expone Pablo Riera-Marsá, presidente de los hoteleros de Alcúdia y Can Picafort. «El todo incluido no ha sido el culpable de la bajada en restauración, ha venido más gente con solo alojamiento. Nos comparamos con el mejor año de la historia, 2024. La rentabilidad se está ajustando y los precios no tienen que subir in aeternum«.
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