Santiago aprovechó la derrota para empujar a los Menem y ahora quiere el control de la elección de octubre

Santiago Caputo aprovechó la paliza que se comió el gobierno en las elecciones bonaerenses para volver al lado de Javier Milei y enterrar a los Menem y Sebastián Pareja, que lo habían marginado de las listas.

En el búnker de Gonnet, en una parcela ventosa y sin cercanías a la vida humana, Milei dio un gesto político al parar a su lado a Caputo, luego de semanas de karinismo en HD.

Antes, el presidente y los ministros escucharon los consejos del gurú, que había perdido ascendencia por el avance de Karina en el manejo político del gobierno. No estaba Guillermo Francos, peleado con el Gordo Dan, que argumentó una diligencia familiar.

Caputo dijo que los Menem y Pareja dilapidaron el capital político de Milei porque corrieron a los jóvenes, tanto de la listas como de la campaña, para meter candidatos de la tercera edad y originarios del kirchnerismo.

En el único lugar que mojaban Las Fuerzas del Cielo en la boleta de concejales, Bahía y Quilmes, el desempeño fue mejor al esperado. En Bahía ganó La Libertad Avanza por 15 y en Quilmes perdió por 17, lo que los caputistas ven como valorable al lado de las derrotas por hasta 40 puntos en distritos vecinos como Berazategui, Avellaneda y Florencio Varela.

Caputo también criticó el operativo de la fiscalización, que ya anunciaba una catástrofe entrado el fin de semana. Y se refirió a una mala gestión del acuerdo con el PRO. El ejemplo más nítido se dio en Junín, donde no lograron contener al intendente Pablo Petrecca, del riñón de Jorge Macri, y no sólo salieron terceros sino que le dieron al peronismo la segunda victoria en 50 años en un distrito imposible.

La de Santiago es una crítica subliminal al acuerdo manejado por Cristian Ritondo y Diego Santilli, a quienes no les perdona la foto con los Menem, Pareja y Karina la noche del bullying del 19 de julio. Los ex macristas que se pusieron el buzo violeta en una villa en La Matanza ahora se debaten entre pedir mayor protagonismo o borrarse de la campaña.

Caputo quiere monopolizar los cambios en la mesa política que se reunió en las últimas semanas y en la que se cortaba el aire con un cuchillo. El asesor dijo en el búnker que tiene que volver el Triángulo de Hierro de antes, el de él con los hermanos. No quiere tirar tanto de la cuerda: una victoria libertaria este domingo lo hubiera dejado afuera del gobierno.

Si bien parece imposible esa recreación triangular por la densidad de la interna, Milei compró el discurso. Cree que la derrota fue una mala gestión de los Menem. A Lule ya lo había querido echar por el papelón de Corrientes, donde consiguió 8 puntos cuando Caputo le proponía un acuerdo con el gobernador Valdés, que consiguió retener el poder. A Martín, en tanto, Milei lo destrató delante de las cámaras: le dio la mano de manera fría arriba del escenario del salón Vonharv, mientras que al resto de los presentes les regaló un beso y un abrazo.

Hasta Pareja fue besado y podría sobrevivir en la nueva mesa que piden los caputistas. No por un gesto de indulgencia de sus rivales, sino porque ahora maneja un bloque de 14 legisladores y en los años venideros podrá amenazar con la carta de la kikuchización. Algo de eso dejaron en claro los 14 parejos que, una vez retirados Karina y su hermano del búnker, rieron a gritos, ya con la banca bajo el brazo.

Uno de los laderos de Caputo dijo este domingo que luego del sacudón que esperan el lunes, ya el martes tienen que hacer fila para sentarse en una mesa encabezada por el asesor estrella. Caputo, que sabía que si triunfaba el modelo de Karina y Pareja, lo iban a echar del gobierno a la brevedad, ahora buscará venganza.