La fábrica de cerámicas Ilva Porcellanato, ubicada en el Parque Industrial de Pilar, cerró sus puertas la semana pasada y envió telegramas de despido a 300 trabajadores, quienes este viernes se concentraron en la puerta de la planta para exigir una respuesta.
La empresa anunció el cese de producción el pasado viernes 29 de agosto. Los empleados se enteraron el mismo día, cuando asistieron a sus puestos de trabajo y las puertas ya estaban cerradas con un cartel que informaba sobre el cierre de la planta.
A partir del lunes comenzaron a llegar los telegramas de despido, donde la empresa anunció una “situación de crisis», amparados en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo.
A esto se le suma que el Ministerio de Trabajo bonaerense dictó una conciliación obligatoria, pero la planta en el Parque Industrial de Pilar sigue cerrada. Ante esta situación, los trabajadores se concentraron en la puerta de la fábrica para exigir una respuesta.
“Dejaron a 300 familias tiradas en la calle. No dieron explicaciones a los trabajadores. Le dijimos a los representantes de la empresa que los dueños den la cara, que vengan. Queremos respuestas. Dictaron la conciliación obligatoria, los obligaron a que saquen el candado de la puerta, a que nos paguen los salarios y ni así se dignan a hacerlo ”, expresó Juan Flores, uno de los empleados.
Según denuncian los empleados, hasta hace una semana la fábrica producía cerámica con total normalidad y los camiones salían de la planta a entregar los pedidos.
trabajadores despedidos fabrica de ceramica
Marcelo Barrionuevo, uno de los trabajadores despedidos que hacía 23 años trabajaba en la empresa, se mostró muy angustiado por lo sucedido: “Todo tenemos familia, hijos, tenemos una vida ahí adentro, pasamos muchas cosas. Lo único que queremos es que el Ministerio de Trabajo bonaerense intervenga, que intervenga la intendencia. Nos dejaron en la calle, nos dejaron sin nada, ¿qué hacemos?”, expresó mientras se le quebraba la voz.
Lucas, otro de los empleados, remarcó que muchas familias dependen también de la obra social a la cual podían acceder por su empleo y describió la desesperación ante la incertidumbre: “Hay 300 familias que no cobramos el sueldo, tenemos deudas y a raíz de eso seguimos generando deudas. Ellos se la llevaron toda durante años, la guardaron debajo del colchón o se la llevaron afuera y ahora dicen que no tienen plata”.
Una de las trabajadoras que se desempeñaba hacía 20 años en la planta, expresó: “Dejamos nuestros mejores años laborales acá. Con el gremio accedimos a algunas suspensiones para ayudar a la empresa y hasta les dimos el 20% de nuestro sueldo. Hasta el jueves pasado la fábrica estaba funcionando y de un momento a otro apagaron todo».
Otros empleados comentaron que «han pasado crisis» dentro de la empresa «pero nunca de esta magnitud». En medio del conflicto, algunos aseguran que es probable que la planta siga funcionando porque ayer comenzaron con una búsqueda de empleados. «Si no nos quieren, que al menos nos paguen la indemnización», reclaman.
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